Hacía mucho que los ingleses no tenían un campeón del mundo en Fórmula Uno. Decía Lobato que desde Damon Hill a quién no recuerdo. Pero mis mejores recuerdos de la Fórmula Uno van unidos a las pajaradas de James Hunt, campeón en 1976 tras una serie de apoteósicas carreras contra el gran Niki Lauda. A Hunt le pasó de todo y hasta le dió tiempo de salvar a Ronnie Peterson de las llamas. Aquella gran carrera en Fuji llegando tercero con la rueda pinchada...¡qué recuerdos!
Hunt era apodado The Shunt dada la frecuencia con la que se estrellaba contra sus compañeros. Gajes del oficio. Peor es ser un tipo como Timo Glock. La magia de You Tube nos permite recordarle en su mejor estilo: directo y sincero. ¿Qué significa esta carrera para tí? Nine points, two thousand dollars and a lot of happiness...Era cuando el deporte tenía un rostro más humano. El bueno de Hunt, juerguista inveterado, falleció a los 45 de un ataque al corazón.
_________________________________________________________________
Un fotógrafo excelente. No se lo pierdan.
11 comentarios:
Coño, es que no me sale hablar de Hamilton ni esforzándome.
NYT
m.a. me piden en el NYT que me registre y yo ya no me registro en más sitios.
Ups!! El editorial es un poco largo para copiarlo y pegarlo. La noticia resumida:
Editorial
Hay un enlace al editorial.
M.A.
Interesante, m.a.
...twenty thousand dollars...
Chema, para dejarlo entrar en el NYT no tendría que registrarse usted, tendrían que registrarlo a usted. :)
El infierno vasco
de Iñaki Arteta
Es una alegría comprobar como al fin una película de Arteta llega a las pantallas comerciales. Los tres espectadores que la vimos salimos sobrecogidos a pesar que todo lo que se muestra es archisabido. Pero hay detallitos que son capaces de dar una vuelta de tuerca más en esa historia de la infamia que es el devenir del País Vasco desde hace cuarenta años (cuarenta años ¿a qué me suena eso?). Larrinaga, el cura de Maruri, explicando como concelebraba misas con otros sacerdotes y cuando llegaba el momento de darse fraternalmente la mano, algunos de esos sacerdotes le negaban la mano. El nacionalismo, esa religión.
Es que James Hunt no tiene tirón.
El Hunt era un punto filipino. Si hasta le pide un trujas al periodista. Le sucedió con menos éxito Eddi Irvine, otro macas de la leche.
Publicar un comentario