4 de septiembre de 2008
SEPTIEMBRE
Por la mañana muy temprano. Silbando al trabajar. Empieza a notarse que ha vuelto mucha gente de vacaciones. En el coche pongo la Cope y apago rápidamente para que no me alcance el vómito matutino del suplente de Federico. La culpa es mía por mover el dial. Vuelvo a René, que no hay publicidad y no me anuncian uralitas ni azulejos. El camino a Avilés. Un declive anímico. Avilés es la ciudad que tiene los accesos más feos y descuidados de todas las que conozco. La cojas por donde la cojas nada invita a seguir adelante. Este urbanismo no puede ser otra cosa que trasunto del fenomenal desprecio que se tiene por la naturaleza. Corrijo. Tal vez no sea desprecio pero sí destrucción e inhibición. Salinas, Raíces, El Reblinco, Avenida de Lugo, Los Telares, El Parque del Muelle. Casi siempre viajo a veinte por hora con el morro del coche en los bajos de algún volquete gigante que sale bufando a ciegas de la gravera de Gaxín. O eso dicen. No hay control alguno del tráfico pesado a esas horas de la mañana. Una convivencia molesta e innecesaria. Una cochambre de humos. Esa es otra. El aire que exigimos. Porque el que respiramos está entre los peores de Asturias. Avilés, ciudad saludable, dicen por ahí. Una broma. Y al final, el destino: Plaza de Santiago López. Veinte minutos para seis kilómetros en línea recta.
Y la rueda...
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Graciosísima la polémica que los letristas galegos se traen con George Steiner a raíz de la entrevista que le hizo Juan Cruz para EP Semanal. Steiner, gagá y desinhibido, dijo que el catalán tenía razón de ser como idioma pero que lo del gallego que no lo entendía, que le parecía un exceso. Os galeguistas tiran contra todo. Incluso contra las babas de Juan Cruz, al que acusan de haber provocado la respuesta. Yo no me lo creo. No creo que la culpa fuera de Juan Cruz en ese sentido. No hay más que ver el intento forzado y ortopédico por arreglar el entuerto y seguir vendiendo libros: el gallego es una parte esencial de la identidad de Galicia.¡No me jodan! Este tipo es Zelig. Es capaz de ser Saramago en Lisboa, César Manrique en Famara y ahora Castelao ante Steiner. Pero le está bien empleado. Por jugar a poner cachondo al abuelo.
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¿Y ese director de cine, Soderbergh, que cual bañista sorprendido va y se asombra de la cantidad de dólares que mueve el recuerdo del Ché?
... Porque ¿Y cómo iba a ser si no?
20 comentarios:
Cuidadín, cuidadín ahí afuera que ya está Westerman de vacaciones.
Westerman de vacaciones, ¿actualizará su bitácora? ¿Quién nos cuidará? ¿Quién alivará nuestra espalda cuando nos arrollen los camiones?
Salgo de Gijón a eso de las 11.15 horas y pasadas las 11.40 piso la calle de El Muelle. Aparco en Severo Ochoa sobre las 12.15. Dicen que todo eso se arreglará con la ORA. Si falla, recurrirán a la psiquiatría, seguro.
Eso os pasa a los progres de salón, que os empeñais en vivir en apartamentos con vistas a la playa.
Los de la derecha burguesa sin pretensiones vivimos en pisitos de segunda mano céntricos, y así trabajando a menos de 100 metros de usted vamos al trabajo caminando y viendo estas maravillas:
Calle de San Francisco
Iglesia de San Nicolás
Palacio de Ferrera
Ayuntamiento
Calle de Rivero
Que lo pones a huevo.
Que la ideología puede convertirse en beneficio es algo que comenzó con el merchandising del Che. Pero quienes se dieron cuenta con mayor claridad de un axioma tan verdadero como contradictorio fue el grupo PRISA.
Así me gusta Sarapo, silbando al trabajar.
Es cierto lo de Avilés. Hace unos años si se entraba por Los Canapés era aún peor. En mí opinión escoge el peor trayecto. ¿No sería mejor por San Juan y ver la mar? Su recorrido es como venir de Gijón y meterse por baterías de coque. También tiene razón Chema, el casco histórico es otra cosa.
Las declaraciones de Steiner me recordaron una antigua noticia. Y cómo se ponían estupendos los tertulianos de La Moraleja. Steiner está equivocado. Prueba de la equidad de los políticos liberales y socialdemócratas es el plan de erradicación del chabolismo en Avilés. Como todos sabemos, la distribución se llevó a cabo sin tener en cuenta la renta media de los barrios (carraspeo).
Sarapo, el hijo de Mestre trabaja en un banco.
vCasale
Fernando, pienso ir a verla. Ayer hablábamos de su productor.
Pero ¿también se ha cmprado Hollywood el sátrapa del petrodólar?
Chema, creo que hablamos de viajes diferentes. Si Palacio Valdés no hubiese escrito Marta y María estoy seguro de que la escribía usted. Esa ría de Nieva entrevista desde los palacetes de Galiana...
M.A. a veces hago el recorrido marinero. Pero no todos los días tengo ganas de jugarme la vida en las vías del tren. Y son cinco minutos más.
MA, desconocía esa parte del plan de erradicación del chabolismo...
Grcias Rafa. Como tantos...
Silbando a trabajar...
Eso explica la frecuencia e intensidad de la lluvia en esa parte de España.
Buen fin de semana a todos, especialmente a los recién incorporados de sus merecidas vacaciones.
devisita
Y hoy empiezan las ferias de Valladolid. A parte de lo que tenga que soportar en el bar sólo participaré en la corrida de José Tomás, para la que ya tengo entrada.
Vaya bar peligroso.
¿Y cuál será el traje de luces que llevarás a la corrida?
devisita
Yo luces pocas, como se ve.
Una suerte. Pueden morirse ya los que hayan visto torear a Tomás.
BECARIO+LOGSE=MEZCLA EXPLOSIVA
Hosbec exige al Consell que inverta en la Costa Blanca.
En un diario socialdemócrata de la CV:
http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Hosbec/exige/Consell/inverta/Costa/Blanca/elpepuespval/20080905elpval_9/Tes
Nueva Gramática de la Lengua Española. Editorial AIDO.
VERBO INVERTIR.
Pte. Subj.
que yo inverta
que tú invertas
que ella inverta
que nosotras invertamos
que vosotras invertáis
que ellas invertan
¡LOGSE, NO!
Logseno.
Primero: Steiner habla de oidas y no tiene ni p... idea. En Galicia no es obligatorio hablar gallego en ninguna de las tres Univerdidades (Coruña, Santiago y Vigo.
Segundo: Steiner tiene toda la razón. No me cabe duda de que el gallego ha alcanzado la categoría de idioma por un motivo meramente politico. Galicia es región española, si fuera una región lusa habría un amplísimo consenso en que es el portugués norteño.
(...)
A diferencia de Cataluña, que a medida que la dictadura se convertía en dictablanda fue ganando campo para el catalán, y se sabía muy bien lo que querían los nacionalistas para el nacionalismo y ese idioma, en Galicia se sabía muy bien lo que querían los que pretendían desmontar el nacionalismo, que como ya dijimos, volvería reformado en algo muy distinto. La mayor parte de las instituciones lingüísticas, que se formaron tarde mal y arrastro en Galicia, y en la que se habían infiltrado esos elementos extraños, estaban en 1971 a punto de caramelo para hacer lo que se tenía que hacer, con todos los puestos claves copados por estos seres "mixtos", que combinaban dos discursos completamente contradictorios, por un lado la recuperación del gallego y por otro una inquebrantable sumisión a la idea de una adhesión servil a la lengua española, y a la idea, confesada, o rechazada hipócritamente, de que el gallego debía ser una lengua subsidiaria del español, y en definitiva un dialecto. Y eso se proclamó oficialmente en 1983, poco después de que ganase el PP las primeras autonómicas y se aprobase el más restrictivo de los Estatutos de Autonomía.
A esto se le llama actualmente "regeneracionismo", por oposición al "reintegracionismo" del que hablamos antes: los términos son modernos, pero los utilizo de forma convencional para no liarnos. El regeneracionismo parte de algo muy curioso: defiende que ya en la época de los Reyes Católicos, e incluso antes, el gallego y el portugués ya estaban en fase de diferenciación. Ah, vale. Creo que se acaba de cagar la perra. Vamos, lo que están diciendo es que había varios dialectos perfectamente intercomprensibles, pero que sólo haya dos lenguas en potencia se lo sacan de la manga y es subordinar completamente la realidad lingüística a unas fronteras convencionales que sólo existían para los reyes y los administradores. Por si fuera poco esas dos lenguas en potencia tienen un muy distinto destino: una evoluciona como cualquier otra lengua, libre de cualquier influencia que no sea la normal de una lengua que anda por ahí mundo adelante, y la otra se queda "sola frente al peligro" del español, y milagrosamente "resurge" para ser "regenerada" por los simpáticos caballeros españolizantes del ILG (Instituto de la Lengua Gallega) y la RAG (Real Academia Gallega), tomando como modelo... el español, por supuesto.
Como ustedes son aún menos especialistas que yo en esta materia, se tendrán que fiar de mí si les digo que el Regeneracionismo es una Mierda con M bien mayúscula. Tampoco es que en reintegracionismo sea una maravilla completa, pero tiene las siguientes ventajas:
-El reintegracionismo tiene las cosas claras: aunque hay varias tendencias distintas dentro de él, por regla general bastante respetuosas entre ellas, está claro que se considera que la "alfosja" del gallego es el portugués. Todo lo que existe en gallego es legítimo, e incluso las palabras españolizadas deben ser respetadas en el hablante que así se expresa. Dentro del reintegracionismo las dos corrientes principales serían: reintegracionismo con norma propia, que se resumiría en la norma ortográfica y gramatical AGAL, que resume los dialectos gallegos y respeta un amplio rango de formas incluso en la flexión verbal; reintegracionismo pleno, o sea considerar la norma culta del gallego el actual portugués. Actualmente, existen las dos versiones, e incluso según me parece la segunda va ganando adeptos.
-El regeneracionismo se hace la picha un lío cada dos por tres. El cúmulo de despropósitos que han cometido los académicos gallegos llenarían varias antologías del disparate. Desde el primer momento que se creó la actual norma regeneracionista se violaron los presupuestos filológicos y los principios que se dijeron que se iban a seguir. Sin ningún criterio sólido se inventan palabras, algunas las toman del portugués (¿cómo? ¿eso no lo hacían los del otro bando?), se inventas supuestas evoluciones del latín al gallego como si no hubiese existido la influencia del español y a veces les salen hipercultismos que chirrían y dan grima como pasar los dientes por una mesa de mármol, y otras curiosamente esa "evolución" coincide exactamente con el español. La mayor parte de las veces se limita a dar por buenas implícitamente cualquier interferencia lingüística del español, empezando por la misma ortografía.
-El reintegracionismo es abierto. Aunque reconoce una variedad estándar o culta, no se cierra a la realidad del gallego. En el uso culto o científico, existiría una norma común con el resto de lo países lusófonos, obviamente, pero en lo literario a nadie se le impediría escribir "Ti colhiches a lura", aunque en el estándar fuese "Tu colheste o calamar", del mismo modo que a nadie en su sano juicio impide a un argentino en sus novelas reflejar el voseo, de modo que pueda escribir "Vós sós un boludo".
-Si los regeneracionistas mandasen también en Argentina, los argentinos a los que se les ocurriese la idea de escribir "Vós sós un boludo" verían cómo el editor los obligaría a cambiar la frase por "Tú eres gilipollas". El regeneracionismo, demostrando cuál es su origen, se embarcó en una cruzada para borrar al reintegracionismo, tradujo el pasado literario a la nueva fe aunque así lo desvirtuase e impuso sus ideas de modo que sólo pudo publicar aquél que se plegase a las normas, pues casi el cien por cien de lo que se publica en gallego es porque existen subvenciones dadas por la Xunta, y si haces algo que no le gusta a la Xunta... no hay dinero. Todas las lenguas tienen un sistema para reflejar el habla popular y otras realidades lingüísticas, menos el gallego, por supuesto. Se puede escribir una novela en español sin puntos ni comas a lo Faulkner, comiéndose sílabas y casi como transcripción fonética de lo que se habla, y si fuese en Nueva York medio en spanglish, y no pasaría nada siempre que tuviese calidad literaria, pero, como decía un amigo mío, si escribes una novela en primera persona en la que el protagonista es reintegracionista, piensa en reintegrado, y todos sus amigos con los que habla son reintegracionistas, no te dan ni un duro para publicarla, porque no está en el "gallego bonito" para el que sí dan subvenciones.
El regeneracionismo es, muy probablemente, la puntilla al gallego. Más allá de criterios filológicos, que nos pueden ilustrar lo que pasa, está el sentido común. Huele muy, pero que muy mal, que el reintegracionismo, mayoritario en su momento, fuese barrido de las instituciones y del sistema educativo por una serie de personajes regeneracionistas, muchos con pasadas y bien documentadas opiniones reintegracionistas, que empezaron a partir de su conversión a copar cátedras y altos puestos culturales, censurando y vetando a sus antiguos compañeros, que aun ahora no los llaman otra cosa que vendidos. También es como para hacerle pensar a uno que la norma regeneracionista fuese aprobada a la chita callando y como a traición, "olvidándose" de llamar a los que tenían derecho a voto y no comulgaban con lo que iba a ser el nuevo orden.
Pero tampoco se crean que el reintegracionismo fue todo amor y alegría: también tuvieron sus errores, radicalizaron su discurso y sencillamente no supieron responden correctamente a la robada de cartera, y se refugiaron muchas veces en un lamentable discurso victimista. También entraron al trapo en la famosa "Guerra de Normativas", muy lesiva para la imagen y el estudio del gallego, que desorientó más si cabe a la población y que hizo ver a los gallegos en general a la cultura gallega como un montón de fanáticos que se cosían a navajazos por una ortografía u otra. También pecaron de cierto elitismo, inherente al mismo postulado filológico defendido que acepta la existencia de una lengua estándar y culta, y probablemente desconfiaron de que el pueblo entendiese sus razones y se dedicaron a imponerlas las pocas veces que tuvieron ocasión de hacerlo.
Otra cosa, más grave, es que todas las predicciones del regeneracionismo y el estado de bienaventuranza que se nos prometía ha quedado en agua de borrajas: no se han iniciado los fértiles intercambios culturales con Portugal, sino que se sigue viviendo de espaldas no ya al "país vecino", como se le llama en toda España, sino al "país hermano", como se dice no pocas veces en Galicia; el gallego no ha dejado de ser el hazmerreír de la clase alta y profundamente anti-gallega de la propia Galicia, que hace del snobismo y de su desprecio a lo gallego un signo de su españolidad (justo al revés de los andaluces), lo que no deja de ser lógico pues ese gallego "regenerado", escrito con ortografía española y con gramática española subyacente igual que el spanglish tiene una gramática subyacente inglesa, no parece otra cosa más que una burda copia del español; y, sobre todo, el regeneracionismo ha fallado en su predicción, contraria al sentido común y a todo conocimiento filológico, de que el gallego tendría un futuro glorioso y "armónico" con el español, y denunciaba a los que no afirmaban lo contrario como alarmistas y nacionalistas, cuando desde los años setenta el reintegracionismo avisó de que el gallego estaba ya en peligro de extinción, y más si se optaba por la vía suicida del regeneracionismo. Pues ahora la UNESCO viene a darles tristemente la razón. (...)
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Sarapo, cualquier filólogo sólido le dirá en privado y si es audaz en público que en la península ibérica sólo existen tres idiomas con sus respectivas tradiciones literarias.
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