La salida de prisión del asesino etarra De Juan Chaos el pasado 2 de agosto ha planteado dilemas que cuestionan la viabilidad de la convivencia de un verdugo entre sus víctimas. De prisa y corriendo han intentado solucionarse problemas tan espinosos como el que supone que De Juana pueda encontrarse cogiendo el ascensor con su vecina de abajo, viuda desde que ETA asesinó a su esposo. O el que se haya comprado un piso debiendo ocho millones de euros al rosario de damnificados que ha dejado tras de sí.
Cada día tengo mas claro que el terrorismo etarra sólo desaparecerá el día en que los violentos entreguen las armas y la sociedad civil tenga piedad. Con esta premisa por delante me preocupa hondamente una cuestión aún no bien analizada: ¿Por qué De Juana no ha pedido nunca perdón a sus víctimas? De hecho, la mayor parte de ellas lo reclaman casi a diario. Y siendo así ¿Cómo es que un acto meramente simbólico como el perdón es reclamado con tanto afán? No resulta fácil responder a estas preguntas tan importantes.
Este verano también los franceses y los italianos están viviendo una polémica motivada por un caso similar. Se trata de Marina Petrella, ex terrorista italiana que fue miembro de las Brigadas Rojas en los últimos años setenta. Petrella, que tiene ahora 54 años, fue condenada en 1992 a cadena perpetua por un tribunal italiano que la acusó de haber participado en el secuestro y asesinato de Aldo Moro, de haber asesinado a un carabinieri y de haber intervenido en varios secuestros y atracos más. Petrella eludió la condena huyendo a Francia donde se acogió a los beneficios que Mitterrand otorgaba a aquellos terroristas que se comprometían a abandonar la lucha armada. Esa actitud de Mitterrand recibió agrias críticas desde la izquierda y desde la derecha, desde Francia y desde Italia. El caso es que Petrella se instaló en París con su hija de nueve años. Se puso a trabajar como empleada de hogar, volvió casarse, tuvo otra hija y otra vida. Y se graduó como trabajadora social, ocupación que mantiene ahora. Pero los gobernantes han cambiado. Ni Chirac en su momento ni Sarkozy ahora asumen las promesas de Mitterrand. Y un día Berlusconi reclamó la extradición de Marina Petrella a Italia. Hace ya tres meses que Francois Fillon firmó esa orden que está a punto de ejecutarse. Desde el principio del proceso de extradición Petrella se declaró en huelga de hambre diciendo que sólo volvería a Italia con los pies por delante. La sociedad se ha dividido entre quienes piden clemencia y quienes piden que se cumpla la ley. El cisma llega incluso hasta la familia de Sarkozy dado que las hermanas Bruni apoyan la postura de Petrella. Mientras Sarkozy les recuerda que en el derecho italiano para obtener una gracia hay que arrepentirse y que la señora Petrella no lo ha hecho. Porque según cuenta el hermano del carabinieri que asesinó hace años: «Nunca se ha arrepentido, nunca se ha disculpado. Se escapó a Francia mientras mi hermano quedó en el cementerio acribillado a balazos por cumplir con su deber. La prensa habla de mi hermano como de un vulgar madero pero el madero era un tipo simpático e inteligente con una familia que no pudo resistir su pérdida. Su mujer murió de pena». La hija mayor de Petrella intenta justificar el rechazo de su madre a firmar las cartas de perdón que algunos exbrigadistas han dirigido a las víctimas. Su madre le ha contado que sus acciones fueron el resultado de un conflicto social que se tradujo en una guerra civil de baja intensidad, que hubo víctimas por ambas partes y que por ello no tiene porqué pedir perdón.
Es la misma cantinela exculpatoria que el fotogénico De Juana atado a la cama y semidesnudo le contó al periodista de «The Times» en aquel «greatest hit» del periodismo servil que se tituló: «Shackled and emaciated, ETA killer pleads for peace from his deathbed», publicado el 5 de febrero de 2007 cuando De Juana estaba por el proceso.
Parece entonces que la mayoría de los terroristas piensan que en el mismo momento en que pidan perdón a sus víctimas quedarán sin cobertura ideológica todas sus acciones violentas. Y que entonces tal vez tengan que enfrentarse a sí mismos con la misma severidad que lo hicieron con tantos inocentes. A estas alturas probablemente nadie sepa tanto del verdugo como las víctimas. Y sin estocolmos por medio. Todo lo saben gracias a un formidable interés por la justicia. Y por ello insisten tanto en que se les pida perdón. Un perdón que no tiene porqué infectar ningún recuerdo. Al contrario. Tal vez empezaría todo.
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14 comentarios:
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Barajas ¿cura o psicólogo?
Guillermo Rendueles, LNE
La gestión contemporánea de las tragedias sigue un guión tan rígido como cuando se representaba en Atenas. La historia vuelve a repetirse en cada drama y este agosto en Barajas los familiares de las víctimas debían elegir entre el consuelo religioso o psicológico. No tengo ninguna duda de las virtudes lenitivas del discurso religioso para el creyente, pero dudo en cambio de la salubridad de las técnicas psicológicas para el no creyente.
La oración religiosa desde sus formas infantiles es una estrategia de protegerse contra la desgracia mediante rituales que influyan en el Todopoderoso. Sus formas maduras resumidas en el «Hágase tu voluntad» constituyen el consuelo absoluto contra las calamidades: transforma cualquier suceso traumático en bueno al quedar integrado en el plan divino. Un cuento sobre el Perro de Pasteur ejemplifica el sentido de ese consuelo: un perro ve transformada su buena vida en un tormento por la acción de un amo que le inyecta la rabia y le desangra hasta la muerte. Naturalmente el perro que maldice su suerte y a su verdugo no comprende que con su tormento el sabio está creando un remedio contra la rabia. Desligarse de la egolatría para abrirse a la propia insignificancia frente al todo y aceptar lo que nos es dado es la única forma de adquirir serenidad frente a la muerte. Quien posee esa confianza resulta una persona envidiable.
Enfrentar la desgracia desde el materialismo exige un coraje distinto para apretar los dientes frente el absurdo. La mala suerte de morir en un accidente es una especie de premio de lotería al revés. Somos seres impotentes frente al azar que carece de significado y la tragedia debe asumirse en el contexto de «ese cuento lleno de furia y ruido contado por un idiota que llamamos vida». También me parece admirable esa fortaleza estoica para vivir la desgracia sin ilusiones y estoy convencido de que sentir en ese trance a los otros solidarios hace menos espantosa la desgracia.
Menos me lo parece la falta de coraje que nutre la ilusión psicológica que permite vivir distraídos frente al horror -eso que les pasa a los otros- sin anudar relaciones solidarias y que cuando la desgracia llega se conforman con ese consuelo profesionalizado y esa empatía mercenaria representada según un manual psicológico (debriefing en el argot psi) que a manera de neoplañideras suministra el Estado .
En un excelente artículo sobre la prevención del estrés postraumático señala Baca Baldomero la necesidad de dudar del tópico que supone virtudes salutíferas al envío de psicólogos cada vez que ocurre una catástrofe. En 2006 Sijbrandij constata que no hay pruebas de que el «debriefing» sea terapéutico y sí algunos datos que pueden hacer sospechar efectos iatrogénicos. Este autor afirma que el debriefing puede acentuar más que eliminar la respuesta ansiosa al estandarizar la expresión del duelo. Un suceso de hace un par de veranos me sugirió la misma idea: las familias de unos pescadores ahogados en la Costa da Morte huyeron del Ayuntamiento y los psicólogos enviados por la autoridad para rezar y beber orujo en un lugar donde tradicionalmente el mar devolvía los cadáveres.
Un espléndido libro llamado «Desde dentro», editado por Amador Savater, narra la experiencia de la Red Ciudadana que tras el 11-M trabajó en rescatar el dolor de las víctimas tanto del intimismo como del profesionalismo para devolverlo a la memoria colectiva y así probar a enfrentar la muerte desde lo común. En un texto articulado como un palimpsesto los distintos autores de Red Ciudadana se cuentan y nos cuentan cómo enfrentan la desolación e indefensión que todos sentimos ante la calamidad colectiva que trajo el atentado. Cómo al sentir el dolor de las víctimas, algunas buenas gentes empezaron a padecer con los familiares, emergiendo vínculos informales donde el sinsentido se transformó en solidaridad ante la muerte de los otros. Algo despertó en la subjetividad colectiva que aportó una especie de transfusión afectiva a los supervivientes que les protegió de la indefensión frente al mal.
La aproximación espontánea que creó la Red resaltó lo ambiguo e inoperante de la acogida profesional que al igual que en Barajas se ofreció a las víctimas. Una visión tecnológica del drama y unas intervenciones ritualizadas generaban actuaciones de psicólogo que en algunos casos se sentían como invasión del duelo por un extraño que ordenaba llorar, tomar tila y no sentirse culpable. En algunos autorrelatos de las víctimas, el consuelo y el saber hacer de la Red Ciudadana que brota del sentimiento real contrastaban con la vivencia de lo burocrático de la ayuda profesional ofrecida a posteriori por los centros de salud mental.
Tragedias como las de Barajas pueden permitir rescatar, como tras el atentado del 11-M, el arte de consolar atribuido a la antigua comunidad. Una algodicea que, lejos de encontrar el sentido de la muerte en la teodicea o el plan divino, se obligue a hacer circular el dolor por los diálogos amistosos, para desde esa condolencia recrear una comunidad que la muerte amenaza destruir. En alguna reunión de la Red tras el 11-M varios miembros se preguntaban cómo seguir levantándose cada mañana o cómo cruzar una calle para alejarse de casa, tras sentir que una bomba cancela todo el imaginario de futuro en un segundo. Ellos mismos se responden juntándose: al poner en común el dolor, la memoria colectiva de los vivos recoge la cita que los muertos dejaron y al hacer que sus voces reverberen o que sus proyectos continúen logran que los vivos no se rindan al abatimiento.
para Loiayrga
¿¿Verdades como puños Reverte??
¿cuáles? ¿las que usted considera? porque en eso, como en casi todo lo que afecta al personaje, yo discrepo.
Yo leo en la fnac gratis desde 1998. He leído de todo y he acabado libros de muchos autores. He sido capaz de ir media hora todos los días cuando un libro me ha enganchado. A Espada por ejemplo lo he leído siempre en la fnac. A Cercas también, al propio Fontanarrosa, a Marias, a Juaristi... Como si ahora fuera determinante comprar los libros para poder leerlos. Venga hombre, no me sea castellano viejo de mesa camilla. Que leer, lo que se dice leer, se puede hacer en todas partes siempre que el lector no sea un revertín cualquiera.
vCasale
Víctima y verdugo son personas. Pasa el verano, se acaba un curso, y como tal mi TL actitud. Disfrutaré desde un tendido a cero... Gran artículo sarapo, es solo que no creo q pedir perdón sea una obligación. Expiar culpas sí. Cumplir con otros por supuesto. Pero, cualquier delito prescribe siempre tb, salvo los de lesa humanidad. Terrorismo claro. Derechos humanos le llaman. Y hoy q es otra historia... Disculpen my egolatría. Un saludo.
Me ha encantado su artículo sarapo, cada día se supera.
El articulo de Rendueles, tambien soberbio.
Estoy de acuerdo con los demás, theosarapo: tu artículo (que hoy son 2 diferentes) es muy bueno. Impresiona tu grado de información, lucidez en el análisis para presentarla y la capacidad de trabajo.
¿te queda tiempo para vivir fuera de este blog?
Saludos
Tremendo Sarapo. Excelente último párrafo. El pedir perdón incluye el reconocer el error. el reconocer que el asesino ya no desea lamuerte de su vecina de abajo, por ejemplo.
Últimes Vesprades va camino de convertirs en otro blog imprescindible.
Al fin el gran James Boswell ha puesto casa. Extrarradiografías.blogspot.com
Excelente.
Usebio, hacemos lo que podemos por vivir algo. Algún día escribirésobre lo que me ha cambiado la vida.
Para mí la era internet, los blogs son la culminación del sueño que siempre tuve sin saberlo. Y tan gratis que no me lo creo.
El hecho de que sea gratis me parece lo de menos. Estoy seguro de que estarías dispuesto a pagar mucho por tener todo eso que ya tienes.
Te leemos con gran interés, así que disfruta ese sueño.
Pero no te olvides de pisar la arena ni de mirar por la ventana. Recuerdo que tus vistas eran cojonudas y hay mucha vida ahí afuera.
No está mal, no, panda de pelotas. Son semanas sin el artículo y puedo ( la envidia, Sarapo) calificar éste como que progresa adecuadamente … y, ya tiene edad, ya, de matar al padre (Arcadi) al que le leí un “me importa un bledo que pidan perdón.” No sic. Yo me inclino por menos literatura, sí, esa tan denostada, y más hechos y derechos. Cosa rara: voy con Arcadi.
Los que no conozcan el catecismo quizás no sepan que para perdonar los pecados se necesitan: dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Sólo la tercera condición es comprobable (aunque a Dios no se le escape nada) en el caso de confesión religiosa y perdón de igual categoría.
De Juana se ha limitado a cumplir la misericordiosa, diría risible y … pero me reprimo, condena impuesta y rebajada. El resto no lo va ha hacer, ni decir, ni cumplir y, si lo hiciera, hasta que no quedara demostrado con hechos (casi como los de Yoyes ¡eh!) para mí no sería más que un poco de psicología para la galería y barata; literatura al fin y al cabo que cuesta muy poco. Paga lo que debes y que te perdone Dios. No cuenten con el mío.
Y ahora no queda más que esperar a Meca de incógnito para que nos cuelgue aquí la carta de la acosada novia De Juana que circula por prensa y mails.
Siempre sorprende y leo su blog por eso. Nunca había dejado un comentario pero tengo que hacerlo por tamaña sorpresa que he sentido al ver el vídeo de la Pepa tras la lectura de sus palabras cargadas de razón. Para el tema del arrepentimiento ver "De Profundis" de Wilde, y para ver a una de las mujeres que ha habido en este país, ver a la Pepa.
Pedir perdón a partir de cierta edad creo que está relacionado con la hipocresía. Se debiera pedir perdón cuando cambia la conciencia de una persona. Y eso casi es imposible.
Si las acciones personales se producen con el imprescindible filtro de lo consciente, todos los actos personales deben de ser asumidos.
Cada acto personal de importancia decisiva para con lo demás, es de una responsabilidad absoluta para el individuo.
Aquello de que "cada palo aguante su vela" no se puede enmascarar.
Si no se quiere regresar a la selva, de donde nunca debiéramos haber salido.
Se piden "disculpas" por pequeños errores.
Hoy estoy espeso.
Los colaboracionistas "activos" del franquismo durante 40 años en su mayoría, más los que participaron en acciones violentas en el bando contrario no han pedido nunca ni disculpas.
Creo que es por que eran consecuentes.
2. adj. Dicho de una persona: Cuya conducta guarda correspondencia lógica con los principios que profesa.
Y ahora me voy a dormir.
DRAE:
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