13 de julio de 2008

TINTA DE VERANO

La singladura del Manifiesto por una lengua común es ejemplar. Lo de menos son las cien mil adhesiones recolectadas en menos que canta un gallo. Lo de más son los dieciocho primeros firmantes. La notable calidad de los dieciocho primeros firmantes.
El Contramanifiesto no se ha hecho esperar. Como corresponde a intelectuales libres lo firman tres asociaciones.
Pero con todo, lo mejor ha sido ver la reacción de algunos de los más listos. Por pura proyección de lo que llevan dentro. El notable, leonés y laureado Gamoneda. Todo fibra moral, es archisabido. Y Fernando Colomo que lo aprueba pero sin saber bien qué es lo que dice el texto.Luego vienen opiniones respetables y entreaguas como las de Rosa Montero. Y los que callan pero no otorgan. Pide Espada que se den los nombres de los que no lo apoyaron cuando se les llamó. Sí. Estaría bien saber porqué Cebrián dijo con tanta rapidez que ya no quería leer más.



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El presunto artículo de Jesús Hernández sobre Kiko Arguello ha merecido críticas, algunas muy serias, de muchos lectores. Como el periódico hace un día de puta y otro de Ramoneta, hoy se presenta como adalid de la templanza y la dignidad humana al gitano Juan José Cortés, el padre de Mariluz, excelente persona y activísimo practicante de la Iglesia Evangélica de Filadelfia.
Luego y ya para hacer caja, el periódico va y pinta a Carlo Maria Martini de mirlo blanco.
Mi conflicto no está en precisar la cercanía de los kikos y demás sectas al crsitianismo de base. Hablo con S. al que se le hace el culo gaseosa recordando al padre Llanos o a Pérez Esquivel. Mi conflicto es que hace tiempo que pienso que la ética cristiana no es el mejor de los caminos. Y conste que años atrás encontré kikos felices y muy respetables.

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El periódico se hace polvo en vida con el terrible reportaje que el cineasta Pedro Costa firma sobre el asesino Jarabo. De una gran laxitud moral.
En el juicio contra Jarabo se usó por primera vez en España en un peritaje psiquiátrico el término "psicópata desalmado". Que quiere decir lo que todos sabemos y que buscaba hacer responsable ante la ley al asesino de sus crímenes y de evitar que pudiese burlar a la justicia por la vía de la enfermedad mental.
Bueno. Hasta ahora que Costa escribe que aquel famoso peritaje estaba errado y que Jarabo era un caballero español al que volvía loco el alcohol. Un crimen de caballero español....Estos lodos.


PD. También dice Costa que el Jarabo contrajo neurosífilis a los 20 años. Catalino, haga algo.

27 comentarios:

Juanjo Jambrina dijo...

Usebio, bienvenido. es que no caía pero ya sí.

Juanjo Jambrina dijo...

Boswell, ya hablaremos sobre esas crónicas que no me intimidan e inexactas. Cuando la URSS cambió a Darwin por Lamarck empezó el declive. Pero para eso hace falta saber qué es un cromosoma

Juanjo Jambrina dijo...

Fernando T. Caos Calmo es flojita. El libro, mejor.


Pero adorable para los morettianos. Gracias por no cuestionarnos la ilusión.

Anónimo dijo...

Catalino tiene suficiente con preparar su viaje a Centroeuropa. No saben lo que les espera. Ah! Cat, salude a Franz de mi parte.

Anónimo dijo...

Luis Oz (Felipe Sahagún) en el diario El Mundo:
Manifiesto, según el diccionario de la lengua española, significa descubierto, patente, claro... Un grupo de españoles preocupados por el idioma y por la verdad publicó el 23 de junio un Manifiesto por la Lengua Común.
En él dicen que «la lengua castellana es común y oficial en todo el territorio nacional» y que «todos los ciudadanos tienen derecho a ser educados» en ella. Recomiendan que «la rotulación de edificios oficiales y de las vías públicas, la comunicación administrativa y la información a los ciudadanos» sean bilingües y recuerdan que cualquier ciudadano español «tiene derecho a ser atendido institucionalmente, en las autonomías bilingües, en las dos lenguas oficiales».

«Ofensiva conservadora», clamó Miquel Iceta, portavoz del PSC. «La inmersión lingüística ha dado muy buen resultado», refunfuñó la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. «El que lo niegue está mal de la cabeza», terció la ministra Carme Chacón.

Sin entrar en el contenido del Manifiesto, los principales botafumeiros del nacionalismo y del actual Gobierno denunciaron en las principales emisoras su instrumentalización política. Federico Jiménez Losantos calificó el jueves en la COPE esas reacciones, sobre todo la de Chacón, de «sandeces y mentiras flagrantes». Luis del Olmo, en Punto Radio, dedicó casi toda la tertulia del martes, con Fernando Savater de invitado de honor, al asunto.

¿No tiene la sensación de haber destapado la caja de los truenos?, le preguntó Del Olmo para abrir boca. «Queríamos lanzar una piedra al estanque de los patos, formular una queja que oímos en la calle y ver si es o no es lo que parece», contestó. «Si las autoridades no escuchan, allá ellas».

¿Cree en serio que está en peligro el turismo? «Hay padres que quieren educar a sus hijos en castellano y no pueden. Hay personas que van a hacer gestiones y no pueden hacerlas en su idioma castellano. Se puede seguir negando, pero es así. Al castellano no hay que defenderlo. Lo que hay que hacer es no perseguirlo».

«Pero yo llevo cuarenta años haciendo radio en Cataluña en castellano y nunca he tenido ningún problema», insistió Del Olmo. «Me parece muy bien, pero hay personas que los ha tenido».

¿No se están dejando manipular por unos medios que tienen que hacer portadas y se les ha desinflado la teoría de la conspiración?, preguntó Marius Caroll.

«Nosotros hemos enviado el Manifiesto a todos los medios», respondió Savater. «Unos lo han apoyado y otros no. Allá cada medio, no es un problema nuestro».

El viernes, a las ocho de la tarde, El País, en su edición digital, preguntaba a sus lectores si sentía que el castellano estaba marginado en algunas partes de España. El 70% de los que habían respondido a esa hora, habían respondido que sí. Daban la razón a Savater.

Anónimo dijo...

Los 18 primeros:
Mario Vargas Llosa
José Antonio Marina
Aurelio Arteta
Félix de Azúa
Albert Boadella
Carlos Castilla del Pino
Luis Alberto de Cuenca
Arcadi Espada
Alberto González Troyano
Antonio Lastra
Carmen Iglesias
Carlos Martínez Gorriarán
José Luis Pardo
Alvaro Pombo
Ramón Rodríguez
José Mª Ruiz Soroa
Fernando Savater
Fernando Sosa Wagner

Anónimo dijo...

¿Quién es Ramón Rodríguez?

Anónimo dijo...

Marines asturianos

Anónimo dijo...

Por alusiones.

Leí el documento y lo firmé con el mismo convencimiento, fe, esperanza y caridad ( y alguna otra virtud más modesta) con la que voto cada 4 años. ¡Viva S. Iker Casillas el explicador!

Tanto a Juan José C. como a Carlo Maria M. me los he saltado ¡Vamos! que con mirar por encima las letras y los santos he pasado de leer nada más.

Lo de Jarabo, sí, con atención e interés.
Estoy con el autor: lo de matar a los usureros, pase y más si es por defender a una mujer extranjera; pero el matarile a la señora esposa y a la muchacha ¡De qué! Penicilina benzatina IM profunda, a cojear y garrote vil.

Estoy de nuevo en mi casa y he cenado seis tomates de mi horta casi seca. Son pequeños pero saben bien.

Sí, me voy a ver mundo aunque sólo por unos días, que uno no es rico como Chema. Espero que no me ocurra na por ahí fuera o, a lo sumo, que un aduanero (chino o ario) use mi móvil. Voy con la gallega; cree que vamos a Braga … ¡Ay, mi Sisí Emperatriz, que sorpresa te voy a dar cuando te pongas a hablar en galaico-portugués!

Anónimo dijo...

Cat ¿ no te irás a por briznas de hierba del Prater?

Anónimo dijo...

HACE UNOS DÍAS MA ESCRIBIÓ ALGO SOBRE LOS MUERTOS Y EL OLVIDO.

MI MEMORIA ME LLEVÓ A ESTE ARTÍCULO


Los seres humanos se definen por lo que hacen y se les recuerda por lo que hicieron. Hay quien actúa con el solo propósito de dejar memoria de su existencia. La razón profunda de este comportamiento es que ser recordado es una forma de existencia, en vida pero también después de haber vivido. Sólo cuando se es olvidado por aquellos que nos recordaban, o cuando éstos han perecido, se puede afirmar que inexistimos. Por eso, aunque no podemos tener experiencia de lo que será el olvido en que quedaremos sumidos después de nuestra muerte, no lo deseamos de ninguna manera.
Aquellas actuaciones por las que se es recordado por un tiempo mayor o menor se llevan a cabo mientras vivimos (los muertos no hacen nada por ellos mismos). Si algunos de éstos merecen ser recordados, los que aún viven son los que han de hacer que se les recuerde. El olvido sella la muerte de todo ser que alguna vez existió. Por el contrario, sobrevive mientras se le recuerde.

La conciencia de que tenemos la responsabilidad de hacer que sigan existiendo aquellos que ya muertos juzgamos que deben sobrevivir, se trata de subsanar de muchas maneras. Habitualmente con el luto (ya en desuso), la placa conmemorativa, el busto, el nombre de una calle o hasta una estatua ecuestre. También, y quizá lo mejor de todo, un montón de páginas como esta que el lector tiene en sus manos y no podrá abandonar. De esta forma, alguien murió, otros que lo recordaron morirán también, pero antes lo harán recordar a los demás. El sentido de la expresión, ya acuñada, "derecho a la memoria" va en esta dirección. Significa el reconocimiento del derecho a ser recordado a los que se les negó esa posibilidad. Pero si ya no existen, otros pueden, y en ocasiones deben, demandarlo por él. De este modo, la exigencia del derecho a la memoria se convierte en un problema moral para los que sobreviven. El vocablo "memoria" tiene en estas páginas, primero el significado de recordar, y segundo del deber de recordar para informar de lo recordado a los que vienen después, de manera que se constituya en ellos en recuerdo de los recuerdos de los demás. "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros", que decía Luis Cernuda.

La memoria es un instrumento de que dispone el sujeto para su actuación en la realidad. De tal instrumento se hace un uso muy vario, pero en el fondo subyace un componente moral. Podemos desde luego usar la memoria, como cualquier instrumento, para el bien o para el mal. La función de la memoria está intrínsecamente ligada a una de las características del sujeto: su dependencia del pasado, la imposible abdicación de su pasado, del saber indeclinable que uno es lo que "ha ido siendo" hasta ahora, momento, el de ahora, en que también "se está siendo" y que se añadirá a los que le precedieron. Así nos reconocemos en tanto que sujetos, esto es, entidades con experiencias de vida vivida, sujetos con historia (la nuestra), o más exactamente, con biografía. Por eso, la evocación tiene una estructura narrativa. Evocar es contar (o contarnos), de palabra o por escrito. Lo dramático de algunas evocaciones es que no pueden ser contadas a falta de palabras. En ocasiones, hay un décalage entre lo vivido y lo contado, hasta el punto de que contar es reconocer simultáneamente nuestro fracaso como narrador. Es mi convicción que el suicidio de Primo Levi derivó de su conciencia de la imposibilidad de decir la experiencia en Auschwitz. Y sin ese desenlace, la misma que experimentó Kertész.

¿Por qué es moralmente imprescindible esta tarea? Lo sabemos por nosotros mismos. La memoria es personal, como lo son los hechos que se recuer-dan, porque personal fue la experiencia del hecho cuando se vivió. Somos porque se ha hecho en nosotros nuestra historia, elaboración y reelaboración de nuestro pasado. La memoria es la condición necesaria para el logro de nuestra identidad, vocablo que, despojado de toda connotación moral, significa ser alguien, responder asimismo a la pregunta de quién soy (si se la hace uno a sí mismo) o quién es (si la hacemos respecto de otro). Somos, pues, porque tenemos memoria; es más, somos nuestra memoria


CASTILLA PINO

ArchipielagoAvilés dijo...

Maestro Sarapo, una lástima no haber logrado el San Pancracio de junio, pero cerca estuvo, cerca. Leo este apunte diario y su confesión sobre la ética cristina. Me interesaría que compartiese con los lectores los motivos.

Anónimo dijo...

Happel, ¿quién era ese Constantin que escuchaba siempre a mi grupo favorito?

Anónimo dijo...

fallece el prof luis santos junto a su esposa concha de unamuno. Terrible accidente.

Anónimo dijo...

Supongo, Sarapo, que cuando los "científicos puros" se refieren al pensamiento mágico no hablarán de "la imaginación moral" de Trilling.
Avezados lectores de novela decimonónica y de los clásicos de ficción, qué duda cabe, entiendo que despotrican de productos como "Los pilares de la tierra".

Yo, ignorante integral, que además no sé lo que es un cromosoma, tengo un absoluto respeto por la ciencia, los científicos y su terreno de investigación. Aún más si cabe, cuando observo que hablan de literatura con una osadía y un desparpajo conmovedores, espectaculares.

James Boswell

Anónimo dijo...

IN MEMORIAM

Carmina y Luis

¡Qué espanto! Estuvimos cenando con Carmina y Luis el viernes por la noche en la finca "Las Golondrinas" de Burguillos del Cerro (Badajoz). De allí salieron el domingo por la mañana, y unas horas después nos enfrentamos a la noticia de su muerte en un accidente de tráfico. Somos sus amigos y amigas de Zafra. Con ellos hemos compartido amistad sobre todo por su hija Mercedes, y por su yerno Manolo Peláez, que murió tras una enfermedad -más lenta que este accidente pero igual de estúpida- hace 27 días. Todo resulta demasiado sorprendente y cruel. Sobre todo para Mercedes, en medio de tanta muerte, pero también para el resto de los nueve hijos e hijas de Carmina y Luis, de sus nietos, de sus amigos. Sólo me gustaría que estas notas apresuradas trasladasen algo de nuestro sentimiento desde Zafra a estas dos personas insignes de Salamanca. A Carmina Unamuno, primogénita del primogénito del principal de la ciudad, y que supo convertir su vida en la historia propia de una señora culta, hermosa y entrañable para quienes fuimos sus amigos. Y al proteico Luis Santos, profesor de anatomía de la Universidad de Salamanca, escritor, creador de "bodrios", de quien estimé por encima de todo su enorme capacidad para situarse frente a los convencionalismos, como demostró con sus artículos en El Adelanto.

Decía don Miguel que la vida es también la que dejamos en la memoria de aquellos que nos quisieron. Si es por eso, en nosotros la dejáis inagotable.

JOSË MARÏA LAMA

Juanjo Jambrina dijo...

Ultima columna de luis santos en el adelanto.



Gente de bien

En términos generales, o sea con los que concuerda la generalidad -la amplia mayoría- de quienes analizan hechos o circunstancias determinadas, es indudable que hay sensaciones que se perciben con carácter gratificante. Como los estímulos sensoriales del medio ambiente que saben, huelen o "sientan" bien; o los relatos o discursos que "gustan", que entusiasman, que convencen a los que disfrutan con ellos. Naturalmente, en el polo opuesto están los hechos o circunstancias que repelen; que provocan rechazo o sensación de disgusto a la generalidad de quienes las perciben o practican. Como la coprofagia (comer excrementos), los fluidos viscosos malolientes o la contemplación de lo feo o de lo que produce horror (y de ahí el término terrorismo).

Bien-mal, bonito-feo, bueno-malo, son pues conceptos ligados a la apreciación de la generalidad de las gentes.
Pero es importante no desconsiderar el matiz de que, cuando se habla de la generalidad de los observadores (o sea, de casi todos) no se alude a lo que, en rigor, es su totalidad. Lo que abre la puerta a la posibilidad de que algunos al menos discrepen; y merma un ápice (que en alguna medida banaliza, por no decir imposibilita) la certeza absoluta de los valores apreciados estadísticamente. Tal vez esa imprecisa generalidad sea la que hace que el concepto de lo que se entiende convencionalmente por normal sea tan ambiguo.
Con la aplicación a personas de los términos maniqueos bondad-maldad se entra en un jardín plagado de laberintos y vericuetos. Porque, es también indudable que, al convivir, uno se topa con buenas y malas gentes. Sujetos que para la generalidad son candeales, o aviesos malhechores a los que los jueces aplican el Código Penal.
Pasando por alto la frivolidad de considerar a unos u otros bien o malnacidos, (en buena lógica, malnacidos serían todos los humanos que vienen al mundo con la tara del pecado original), parece como si al menos algunas normas del comportamiento humano estuviesen también, como los instintos, prepautadas; es decir, improntadas en las conciencias de cada cual. [De esto he escrito ya más de una vez]. Pero ¡ojo! sin perder de vista que la deriva cultural de las colectividades de credos distintos, que lleva a atenerse a criterios éticos diferentes, trastoca la adjetivación de buenas o malas achacada a personas en función del criterio aplicado. Así, por ejemplo, según el criterio religioso de los obispos, el mal (que impregna a las personas) está en que el Estado propugne una educación que enseñe a los ciudadanos a comportarse respetando la igualdad de derechos de sus congéneres. En cambio, para cualquiera que esté en su sano juicio, y atendiendo al criterio de la sensatez, lo verdaderamente maligno era quemar vivos a los convencidos de que es la Tierra la que da vueltas alrededor del Sol, o lo es hoy el empecinamiento en prohibir el uso de condones para prevenir el sida.
Al hurgar con distintos criterios en el totum revolutum, donde se mezclan las explicaciones, las motivaciones y las justificaciones del mal como concepto, se descubre la imposibilidad de establecer una coherencia argumental, válida como canon, aceptable por las posiblemente infinitas partes en conflicto. Lo trivial y lo trascendente figuran y se esfuman en el juego de lo inentendible. Las gentes de bien lo son, sobre frágiles fundametos, por mil razones y por las contrarias. En hitos de la depravación histórica, como el nazismo responsable del holocausto judío, la maldad de los protagonistas se diluía en su ternura en el trato con los niños o en su pasión por la música. Un arcano entrevisto y aclarado por Hanna Arendt (la brillante pensadora de ascendencia judía, -discípula de Martin Heidegger-) en su ensayo luminoso titulado La banalidad del mal.

LUIS SANTOS GUTIÉRREZ

Anónimo dijo...

Terreiro, ese Constantin era un Constantino, de Granada, antiguo atleta de élite y comprador de terrenos para una empresa española en Bucarest. Un hombre generoso y valiente, ejemplar, que me ayudó mucho en mis momentos agónicos en Bucarest.

Pásese por historiasdebucarest.blogspot.com

Hay allí más historias de Constantin. Con algo de New Order.

Anónimo dijo...

Santos parecía hacer felices a sus alumnos. Y eso con la Anatomía a cuestas.

heptafon dijo...

El manifiesto es un ejemplo de lo que sucede en la política en España. Tanto por la forma en que algunos lo apoyan como por la forma en que otros lo defienden. Pero el problema está ahí, y nadie coje el toro por los cuernos.

Anónimo dijo...

Anónimo: gran artículo el de Castilla del Pino. Después de buscar sobre el autor (ignorante que es uno), me quedo impresionado con este hombre:

“Memoria y ficción son propuestas radicalmente distintas. Otra cosa es que los resultados de ambas puedan llegar a asemejarse (hay quien cree evocar y está haciendo ficción sin saberlo). El problema del memorialista es o que oculta (lo que no debiera, porque tácitamente se le exige que hable) o que miente (Laín Entralgo, Serrano Súñer, por citar sólo dos) Lo fundamental en las memorias es el pacto de veracidad, que no es sólo un problema factual sino ante todo moral. Se cumple aunque se esté en el error (el sujeto está equivocado pero es veraz); y se incumple en la mentira, que no es nunca un error sino algo activo, un “faltar a la verdad” (preciosa expresión), “no decir la verdad a sabiendas”, verdad a la que el memorialista se debe”

“Hambre y frío, pero para mí sobre todo hambre. Y la sordidez del ambiente, la percepción clara, ostensible, de que en aquella España el pillo hacía carrera indefectiblemente. Y al mismo tiempo, la iglesia católica imponiendo de una manera triunfalista y cruel lo más indeseable de ella. Si antes era un ateo militante, luego me convencí de que era un deber moral todo lo que significara desprestigiar a la iglesia católica, contribuir a que disminuyera algo, lo que fuera, su peso sobre nosotros. Aquello de Baroja, “la religión es mala porque es mentira” (y por muchas mas cosas) me pareció, en mi adolescencia, una fórmula feliz. Luego, algo más tarde, vino Bertrand Russell (le debo mucho también)”

“López Ibor merecería, por pedagogía, una biografía por alguien que, como yo, le conocí hasta donde era posible, porque era evidente su estrategia de ocultación. Me lo dijo una vez: “no hay que hacerse demasiado visible”. Después supe que tenía cosas que ocultar. Le perdió su ambición, para satisfacer la cual no se paraba en barras. La piedad, ¿un obstáculo en su camino?: dejémosla a un lado. Cuando se creía cuestionado, su reacción, brutal, revelaba su pérdida del sentido de realidad. Su inteligencia y cultura estaban coartadas por su pensamiento reaccionario. Logró hacerse con el poder psiquiátrico en España desde el 60 hasta poco antes de la muerte de Franco. Cuando lo perdió se comportó – salvando las distancias – como un Ricardo III al caer del caballo. Es un ejemplo de cómo el mal seca, cómo hace estéril al sujeto. Al final, estaba, y se había, aislado y al perder poder la gente le perdió el respeto, que en realidad no había sido tal sino temor... El manicomio Esquerdo: una experiencia imborrable, de drama, de soledad, al mismo tiempo de lecturas, de estudio. Por mal que lo pasara, me he sentido compensado por lo que me dio de contacto con aquellas criaturas con más de treinta años de encierro, en la que lo que quedaba de humano era ya arqueología.”

“Cada disciplina tiene su lenguaje y ha de aprenderse. No le puedo pedir a un matemático que no me emplee fórmulas cuando se dirige a mí. La ciencia, decía Condillac, es un lenguaje bien hecho. En este sentido, yo no abdico del léxico de mi disciplina, porque sería un insulto a la inteligencia del presunto lector. Pero, además, se puede y se debe usar del lenguaje de otra ciencia si resulta útil para la nuestra. Le voy a poner un ejemplo: en Teoría de los sentimientos uso de un algoritmo para formular la relación Sujeto/Realidad, tanto desde el punto de vista cognitivo cuanto emocional (lo emocional como functor, como modalizador). Esa fórmula me es útil porque me permite localizar el punto desde el cual se produce la alteración del sentido de realidad (en lo cognitivo, en lo emocional, por fuera del sujeto). Recibí una carta de un físico teórico en donde me decía que esa fórmula era idéntica a la que ellos usaban para esquematizar la relación de una partícula con su entorno.

Anónimo dijo...

Adios.

Anónimo dijo...

Hasta pronto Catalino.

Protactínio dijo...

Lo de "psicópata desalmado" tiene su aquél. Veamos: el término desalmado, con el español en la mano, significa carente de alma, ¿no? Ergo, ¿cómo puede tener el alma enferma (eso debe de significar psicópata con el griego en la mano, ¿no?) quien carece de élla? Me parece una cuestión de interés. De un interés desinteresado, claro.

Anónimo dijo...

la Vanguardia sacó el domingo un editorial insultante sobre el manifiesto. se equivocaba de entrada, negando la mayor. hoy en el Mundo he leido una cosa sorprendente de Henry Kamen, por las incorrecciones y falacias que contiene el artículo de un historiador de rigor.

a mí me gusta el manifiesto, salvo en la consideración del castellano como única lengua de comunicación política. además de difícil de concretar legalmente, no es realista. claro que para eso estaba el Senado...pero como la CE1978 la han desarrollado como les ha dado la gana, así estamos.

Anónimo dijo...

por cierto, el miércoles pasado murió Sergio Algora, cantante de El Niño Gusano. puse un video de una canción suya aquí durante la Eurocopa, aunque la versión era ya del grupo Tachenko, sin Algora.

tenía 39 años años. menos conocido que Auserón o Bunbury, también de Zaragoza, yo lo pongo como mínimo a la misma altura.

una noticia muy triste y una pérdida mayor.

Melò Cucurbitaciet dijo...

[...]El encuentro con Freud desencadenó en el escritor gallego Suso de Toro una profunda crisis intelectual: "De algún modo pervirtió mi mirada sobre la realidad, fue la pérdida de la inocencia", dice, y luego cuenta que a los cincuenta años acudió al diván para revisar su vida. Y recomienda la experiencia. El filósofo Eugenio Trías se psicoanalizó durante cinco años y la tiene por "una de las experiencias más importantes" de su vida. "Me permitió trazar el relato de mi propia historia personal", comenta, y confiesa que para volver a su infancia acudió "a una colección de sueños" que consiguió recuperar durante el tiempo que tuvo esas sesiones. Sueños de infancia, de la preadolescencia.

¿Curarse de la angustia, decantarse por el lado de la vida, explorar nuestros secretos íntimos, servirse de la palabra para darle sentidos nuevos a nuestras experiencias? El caso es que no habrá seguramente nunca acuerdo sobre si el psicoanálisis es una ciencia o mera charlatanería. En lo que sí parecen coincidir muchos de los que intervienen en La regla de juego es en la enorme capacidad del psicoanálisis para provocar literatura, y quizá esto proceda también de lo bien que escribía el propio Sigmund Freud.
[...]

Ahora que El País -en su edición de ayer- desempolva el chicoanálisis ( con breve vacile con Lacan), los lectores de este bluá esperamos unas palabras esclarecedoras, ya un breve, ya un Manifiesto, ya otro video de Woody