18 de julio de 2008

MAREAS DEL ESPÍRITU (Hoy en LNE)

Es uno de los signos de nuestra época. El poder de atracción de los medios de comunicación. Tan grande que mucha gente es capaz de vender su alma al peor postor con tal de mantener ante sí el brillo de los focos.

Otro emblema de este tiempo. El culto a la parcela psicológica de nuestro comportamiento. Lo psicológico, reflejo trasnochado del dualismo mente-cuerpo que la ciencia desmiente a diario, se ha enraizado en nuestras vidas como antaño lo hizo el Demonio para explicar todo lo ignorado. Y una lacerante insignia de estos años. La sumisión del pensamiento científico al pensamiento mágico.

Entre los objetivos predilectos de los medios de comunicación se encuentran las víctimas de cualquier tipo de suceso: secuestros, atentados, accidentes, etcétera. A uno ya le parece grave que a alguien que acaba de perder a un ser querido le pregunten cómo se siente para toda la audiencia. En muchos casos sin guardar ni la distancia ni el respeto al doliente que el contexto exige. Pero más grave me parece la presencia crónica de sujetos en pleno dolor postraumático por todo tipo de programas y rotativas. Parece como si el ánimo popular y ficticio que suministran los medios fuese un potente adictivo para unas personas que atraviesan una situación tan delicada como vulnerable. El caso es que muy pocos de los llamados son capaces de irse del plató por su propio pie. Y acaba siendo el propio doliente quien reclama la presencia de las cámaras. Léanse las declaraciones hechas en el suplemento dominical de «El País» por Juan José Cortés, padre de la niña onubense Mariluz asesinada hace seis meses. Sabe del tirón que tiene ante los medios, y los utiliza: antes para que su hija no se olvidase y ahora para hacer justicia. Un cruce de favores, afirma. La forja de un rebelde, titulan. El «caso Mariluz» fue la réplica española al huracán «Madeleine», escribe el periodista, en domingo. Los políticos no han hecho sino jalear el arrojo de este padre roto. Pero ninguno ha tenido el valor de sugerirle, tan sólo, que llorar no es de cobardes.

En las últimas semanas ha aparecido con fuerza en la escena la colombiana Ingrid Betancourt tras haber pasado siete años secuestrada por las FARC. Siete años fuera de la circulación y reaparece cuando ya todos la daban por muerta. Casi nada.

Ahí la tienen liderando audiencias, concediendo entrevistas por doquier y satisfaciendo el afán de publicidad de políticos en horas bajas. Los hijos han empezado a susurrar que encuentran a su madre algo inestable. El caso es que Ingrid ha reaparecido presa de un inusitado frenesí religioso: pone a Dios como principal responsable de su liberación, no se separa de un rosario que ella misma se fabricó con botones y cáñamo en el cautiverio y quiere vivir en Francia por estar cerca del santuario de Lourdes. Pero sus hijos insisten en que tan pronto les dice una cosa como la contraria, que se contradice en cuestiones de importancia. No sé por qué se extrañan. Tras casi siete años de selva y dolor lo raro es que sepa dónde tiene la mano derecha. Los políticos, que debieran sembrar prudencia y mesura, se pelean por sacar tajada. Ahí anduvo fino nuestro presidente que le regaló, dale siempre la razón al tonto, una biografía de Santa Teresa. Cuando la buena de Ingrid lo que más necesita es que alguien le diga: sosiégate y calla.

40 comentarios:

Juanjo Jambrina dijo...

Catalino en Praga y camino de Viena. Seguro que se hace foto en el Prater, en el Ernst Happel.

Anónimo dijo...

No se si, al final, pasare por Viena. Es caro y esta lloviendo.

No creo, Theo y Javier, que haga esa foto ni pille hierba de alli.


Meca.
Si, se dice asi. Espero que no me ocurra como cuentan las guias que le paso a Tycho Brahe que se le revento la vejiga por no levantarse a orinar no fuera que perdiera el sitio al lado del Emperador.

Anónimo dijo...

muy bueno Sarapo. Muy bueno.

vCasale

Anónimo dijo...

Maravilloso, Sarapo. No he tenido el placer de leerle hoy en papel, con el periódico en las manos y deleitándome en sus palabras. Lo leo ahora aquí y me parece que ha dado en la diana una vez más.Una mente lúcida en el desolador panorama de la prensa regional.

Anónimo dijo...

Parece que tuvieras enfilada a Ingrid ab initio y lo que ella hace corrobora tus funestas predicciones.
Llevamos una semana sin noticias,sin malas noticias. Divinamente.

devisita

Loiayirga dijo...

'Ja sóc aquí'.

He vuelto

En Francia me he enterado por su blog, en las pocas ocasiones en que me he podido conectar, de la muerte de Luis Santos. No lo conocía y tampoco leía sus artículos en "El Adelanto". Pero resulta que su hijo Luis Santos Unamuno es orientador en el Instituto en el que doy clase. Precisamente padre e hijo se turnaban desde hacía un tiempo en estos artículos. Se trataba de que el hijo fuera tomando el testigo.

Qué tremendo: sus dos padres muertos de golpe en un accidente. Una tragedia.

Loiayirga dijo...

Le informo que en un blog de aquí al lado, discutiendo sobre paradigmas y marcos conceptuales se habla del famoso experimento de Rosenhan. ¿Todo depende de las categorías con las que miramos el mundo? ¿Existen hechos objetivos? ¿Existen los enfermos mentales?

Quizá usted tenga algo que decir (si tiene tiempo y ganas)

Es un físico metido a filósofo del conocimiento el que escribe.

Anónimo dijo...

Fernando: se me pasó contestarte el otro día.

Si un juez piensa que una persona con una enfermedad mental tiene que estar entre rejas por que él la ve agresiva pues ya sabe, a la cárcel o al psiquiátrico penitenciario siempre que además de miedo tenga pruebas. Lo que no puede hacer el juez, de las pocas cosas que no puede hacer, es decirle a un sistema de salud como tiene que organizar la asistencia. Porque para eso hay gerentes y directores de hospitales.

Anónimo dijo...

Loia, luego leeré tu recorrido por la Costa Azul.

De momento te diré que el experimento de Rosenhan, a mi juicio, lo que señala es la imprecisión de las herramientas diagnósticas, no la inexistencia de la enfermedad.
Hay que leer el experimento de Rosenham con cautela y en el contexto.

Cuerdos entre locos es un libro excelente de Ellen Slater que incluye ocho capítulos a cual más interesante sobre los difusos límites entre la enfermedad y la salud mental.

Anónimo dijo...

Hola Debbiesita. Ingrid y el gitano onubense me dan mucha pena. ¿Alguien sospecha que será de JJ Cortés dentro de un año?

No se puede construir un héroe desde un punto tan precario anímicamente.
Pero está visto que se buscan santos y santas desesperadamente.

Anónimo dijo...

Pensaba que a estas horas ya habría aquí una entrada sobre la foto de ayer en todas las portadas.
El artículo de hoy de José Luis Gutierrez no me vale.

Anónimo dijo...

¿alguien se acuerda del padre de la niña de Alcásser? un juguete roto.

vCasale

Anónimo dijo...

Casale, ése es el ejemplo más temible. Otro padre coraje. Y ya ven en que dio. Y si no, lean el formidable DESDE LA TINIEBLA, de Joan Oleaque, el mejor reportaje sobre el caso Alcáser jamás pensado.

Anónimo dijo...

Yo me acuerdo.
Le ví en unas fiestas de San Mateo (Oviedo) recogiendo firmas. Creo que el convertirse en una sección del programa de Pepe Navarro entre Pepelu y la Veneno no le hizo bien a nadie.

Anónimo dijo...

Chema, la foto del día es la ZP con la cúpula.

La del Rey con Adolfo... prefiero que opinéis los que le llamábais Adolfo.

Anónimo dijo...

"Desde las tinieblas". En plural, admirado Sarapo.
Tengo en casa una sección de estantería donde pongo los libros recomendados por Sarapo que aún no he leído.
Este lo compré en la feria del libro de la que tanto se habla aquí.

Anónimo dijo...

Que desilusión, espera tu opinión.

Dice el periódico amarillista que el ejército queda en manos del hombre que organizó la retirada de Irak.

Anónimo dijo...

El ágrafo ilustrado



Nacer en Trieste significó durante un tiempo asumir dos realidades, la anterior a 1918 y la que llega a nuestros días. En esa dualidad se moldearon ciudadanos habsbúrguicos e italianos de la jovencísima república. La ciudad friulana fue el único puerto de mar que tuvo el Imperio del águila bicéfala hasta que pasó a formar parte de la nueva Italia. La bora, un viento que sopla a más de 120 kilómetros, fue incapaz de borrar aquel recuerdo que todavía desciende desde el Carso a las calles.

Trieste está situada en lo alto del muslo de Italia. Le encajaría bien una liga bordada. A ella llegó en una ocasión Paul Morand, desde Venecia, pasando por Aquilea y Monfalcone, para ver a sus primas políticas en Villa Perséphone, bajo un decorado de novela de Boylesve, como él mismo relató, «entre tresbolillos de plátanos reumáticos con cicatrices antiguas tapadas con cemento».

Morand definió a Trieste como una extraña bola de civilización. «Ciudad escondida, población muda, reticente, miedosa, todavía con el perfume del ayer, sobreviviendo como una excepción, cabizbaja, que carga con su latinidad frente a los eslovacos rubios, nuevos conquistadores de la orilla de enfrente». En Trieste, por poco que uno reflexione sobre ello, siempre se tiene la sensación de estar viviendo en la frontera. De hecho, aquel imperio de ordenados burócratas se edificó sobre las fronteras que apenas podía proteger de unos y de otros.

Claudio Magris, ilustre triestino, ha escrito de los cafés de Trieste. En concreto, del San Marcos, «donde hay sitio sin prioridades ni exclusiones, para todos, para toda pareja que busque refugio cuando llueve a cántaros y también para los que carecen de pareja».

En Trieste, nudo de civilizaciones, patria de Italo Svevo y Umberto Saba, nació Roberto Bazlen. Bobi Bazlen, una sombra entre las letras, decía aquello de que ya no se pueden escribir libros. «Casi todos los libros no son más que notas a pie de página infladas hasta convertirse en volúmenes. Por eso yo sólo escribo notas a pie de página». Bazlen, judío triestino, lector en casi todas la lenguas legibles, fue asesor de Einaudi y fundador de Adelphi. Su contribución como editor no tiene parangón en Italia. Él animó a Svevo para que le enviase «Senilidad» y «La conciencia de Zeno» a Eugenio Montale y a partir de ese momento se labró una amistad.

El hombre que predijo un final de la literatura y que quería abolir la escritura, el gran «bartleby», como cuenta Enrique Vila-Matas en «Bartleby y compañía», un libro dedicado a quienes, por una u otra razón, dejaron de escribir.

Bobi Bazlen fue protagonista de la novela «El estadio de Wimbledon», que hace años escribió Daniele Del Giudice. El autor romano se preguntaba en ella por qué Bazlen no había escrito. Pero Bazlen, que había contribuido a alumbrar la edición de «El hombre sin atributos», sólo dejó por ahí manuscritas unas notas a pie de página, como él mismo defendía, y una novela inacabada, «El capitán de altura». Con la voluminosa obra de Musil debió de quedar saturado.

Bazlen elevó a la altura del mito la agrafia ilustrada. Un hombre de una infinita cultura que vive entre ediciones y autores y se condena a sí mismo a no escribir para hacer leyenda de la negación. Ha habido otros venerados por su silencio o su sombra, pero ninguno como el editor triestino, que alcanzó por ello la notoriedad en los círculos más exigentes.

Nadie podrá responder qué libro habría escrito Bazlen de haber completado a alguno. En «El capitán de altura», un texto demasiado experimental, inconexo e inconcluso, apenas se percibe que la tristeza y desilusión. La del marinero que deambula por los mares en busca de sirenas cuyo canto no alcanza siquiera a escuchar.

Es muy posible que Bazlen lo intentase sin éxito y de ahí surgiese la negación. No todo el mundo tiene el cuajo para escribir la mayor parte de las cosas que se leen. O las que afortunadamente no se leen.

Vicè dijo...

Excelente.

El caso de las niñas de Alcàsser, que fueran coetáneas a la consolidación de las teles privadas, comenzó toda esta escalada. Ahora la explosión de los programas del formato "en directo" (muy bien ridiculizados el otro día por el Follonero en su "Salvados por la tele") se ceba más si cabe en estos dramas, sin respetar siquiera que estén muy tiernos, en la carne viva del efecto post-traumático. Pero no sé si en todo esto también hay un componente de morbo inherente a la propia condición humana. "La sangre, el sufrimiento y la muerte venden, son noticia", me dijo una vez, en tono solemne, un jefe que insistía en que llamase a un futbolista que no sabía si iba a perder un ojo tras una patada de un rival. Después, por ejemplo, tenemos esos repentinos y prescindibles atascos de tráfico que se evaporan de inmediato cuando la caravana pasa (lentamente, radiografiando el más mínimo detalle) al lado del vehículo accidentado...

Loiayirga dijo...

Se junta el hambre con las ganas de comer."

Los periodistas necesitan "personajes" y las víctimas necesitan consolarse de algún modo (uno es convertirse en una estrella mediática).

Siempre me pareció que el padre famoso de las niñas de Alcaser necesitaba escribir "una gran historia". Es muy triste que a tu hija la haya matado un bestia en una absurda orgía de sangre.

Y aunque no deja de ser triste igual pero... ¿si al menos hubiera toda una mafia de alto estanding que secuestra niñas para que unos multimillonarios ser "diviertan" matándolas y yo lograra descubrirla?

Al menos la historia tendría épica, sería relevante, tendría gravedad, tendría su lógica, aunque fuera macabra.

Nada más absurdo que un "monstruo" acabe con tu hija por un capricho azaroso y luego se ahogue en el Estrecho (que creo que fue lo que dijeron de Anglés)

Loiayirga dijo...

Sarapo, ¿no ha visto "En el valle de Elah"?

Apunta una teoría que no sé si es cierta desde el punto de vista psicológico. Los marines americanos, para matar gente y tratar con los prisioneros en la guerra, pueden hacer dos cosas: o verlos como seres humanos y sufrir y compadecerse de ellos constantemente (lo que supone un desgaste insoportable) o deshumanizarlos y dándole la vuelta a la compasión disfrutar con sus sufrimientos. Así se explicarían las fotos de los "sonrientes soldados" de Abu Grahib.

¿Esto es posible o es psicología barata?

Loiayirga dijo...

Por favor, si alguien tiene el movil de Charlize Theron que me lo pase. Me urge.

Anónimo dijo...

Joder, sólo tengo casualidades últimamente.

el domingo ví una peli donde la protagonista se llamaba igual que una clienta a la que le hago trabajos de imprenta, y que justo ví al día siguiente. Un nombre nada común.

Y ayer encontré en casa "el estadio de Wimblendon", novela aludida el el blog ahora. Libro que leí en marzo de 2000, en vísperas de un maravilloso Valencia-Fiorentina. Y que ahora releo en el water. A 10 páginas la guiñada.

Que raro es todo.

vCasale

Anónimo dijo...

Lo que hace la confianza. Lo confieso (ahora), también tengo una estantería como la de Chema. Incluso tengo una subdivisión con los que he empezado y aparcado. Mala señal.
Ustedes dirán lo que quieran, pero la foto de la semana es la de Villalonga y Abascal –presumiendo de ancestros asturianos-, ¿o no? La más bella historia de amor jamás contada. Tiene razón H.Simpson: el problema de los matrimonios es la comunicación, ¡demasiada comunicación!

¿Y qué debería hacer el gitano onubense? Quedarse sentado, mientras ve cómo el Consejo del Poder Judicial pone una multilla de 6000 leuros.

Hoy me he acordado de eso que dice Sarapo, sobre las comillas y la inteligencia de los lectores. Ha sido leyendo en LNE la expresión: los “suicidas” de Leganés.

Loia, tengo el de Milla Jojovich. ¿Le sirve?

Anónimo dijo...

luis maria es (junto a Sarapo y F del B) lo mejor de la prensa astur.

Anónimo dijo...

Who has given it my cellphone at a man of Salamanca?
He is calling at all hours. This is unbearable.

Anónimo dijo...

No lo pongo en duda Chema. Pero el día que me pidan ir directamente a los abajo firmantes; dejo de leer la prensa. Si hasta cometo la locura de no estar siempre de acuerdo con Sarapo. A partir de ahí, lo demás es sencillo.

Anónimo dijo...

Sobrehumana Betancourt



POR JUAN MANUEL DE PRADA
PUBLICABA el jueves Alfonso Rojo un artículo, vigoroso y contundente como todos los suyos, titulado «Los monstruos», en el que mostraba su estupor ante unas declaraciones de Ingrid Betancourt, tras su liberación, en las que afirmaba que se había compadecido de sus captores, cuando los vio desnudos y maniatados en el helicóptero que la conducía a la libertad. Nos recordaba Rojo que Betancourt había sido sometida, durante los seis años que duró su cautiverio en la jungla, a las vejaciones y sevicias más impronunciables; y juzgaba «una aberración» albergar sentimientos piadosos hacia alimañas semejantes. No le faltaba razón a Rojo: en términos estrictamente humanos, constituye una aberración -algo que se separa o desvía de la mera razón humana- perdonar y amar a quien nos ha infligido un daño crudelísimo. «Yo no sería capaz de perdonar», afirma humanamente Rojo; y concluye su artículo con una -digámoslo así- profesión de incredulidad: «No puedo creer que no odie a sus verdugos».
Podríamos aportar aquí una explicación de índole psiquiátrica que esclareciese la «aberración» de Ingrid Betancourt. Todos hemos oído hablar del «síndrome de Estocolmo», un complejo estado psicológico en el cual la víctima de un secuestro desarrolla una suerte de complicidad con su captor, consecuencia seguramente del extremo grado de desvalimiento y vulnerabilidad a que la ha conducido el cautiverio; estado psicológico que se revela en una serie de conductas morbosas: sentimiento de gratitud y afecto hacia el secuestrador, identificación con las razones desquiciadas que lo llevaron a secuestrarla, etcétera. Esta explicación humana no sirve, sin embargo, para esclarecer el caso de Ingrid Betancourt, que en modo alguno ha mostrado connivencia o comprensión hacia las sinrazones de su cautiverio; y resulta muy dilucidador que Rojo, que se confiesa estupefacto, no mencione sin embargo la posibilidad de que Betancourt sufra un trastorno psicológico. Y es que Rojo intuye que las declaraciones de Betancourt están dictadas por una fuerza sobrenatural. «Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural», nos advertía Chesterton. En efecto, desgajadas de esa inspiración sobrenatural, las declaraciones de Betancourt se nos antojan algo antinatural o aberrante, contrario a la mera razón humana.
Pero la solución al misterio de unas declaraciones tan estupefacientes nos la ofrecía ese mismo día el semanario «Alfa y Omega», que publicaba una fotografía en la que Ingrid Betancourt sostenía entre sus manos, sufridas y bellísimas, un rudimentario rosario que ella misma había confeccionado durante su cautiverio. Aunque los medios de comunicación -tan empeñados en mostrarnos lo antinatural de la vida- han querido hurtarnos sus palabras, Ingrid Betancourt ha manifestado que su cautiverio no hubiese sido soportable si no la hubiese alentado la fuerza de la fe, cultivada a través de la oración. Y esa misma fuerza sobrehumana de la fe es la que ha inspirado las declaraciones escandalosas que Rojo glosa en su artículo; porque, en efecto, nada hay más escandaloso que perdonar a quienes nos hacen daño, como no hay pasaje más escandaloso en el Evangelio que aquel del Sermón de la Montaña en el que Jesús nos ordena: «Amad a vuestros enemigos y bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos». Esta expresión perfecta del amor cristiano sólo se puede alcanzar cuando nos asiste la fuerza sobrehumana de la fe. El amor al enemigo nos impone salir de los límites de nuestra humanidad: hay primero que superar y cauterizar el daño recibido, purificarse interiormente y volcar esa fuerza catártica sobre quien nos infligió el daño, para que nuestro amor lo purifique también a él. Se trata, en definitiva, de renovar aquí y ahora el misterio de la Cruz; y esto es algo que escandaliza a nuestra época antinatural, algo que nuestra época antinatural no entiende ni admite. La sobrehumana Ingrid Betancourt ha dado un testimonio de fe acojonante y vertiginoso. Créetelo, querido Alfonso: esa mujer no odia a sus verdugos; y el amor que les profesa es sobrenatural.
www.juanmanueldeprada.com

Anónimo dijo...

Hoy merece la pena el blog de caba o rabo.

Nada que decir a todo lo expuesto excepto una pregunta esencial. Casale ¿cómo lo hace para recordar cada día de su vida en relación a un partido del Valencia? Yo soy del Barça y apenas recuerdo las finales de Copa de Europa, la cola de vaca de Romario, y algún o -5 y 0-6 que infligió el Dream Team al Valladolid en Zorrilla.

Creo que estos tiempos pugnan por ser los de la información o los del espéctaculo. Francamente creo que nivel popular lo que prima es lo primero y de ahí que todos esos personajes se conviertan en lo que son. Ellos se dejan y la sociedad del espéctaculo hacen un perverso uso de sus circunstancias. En resumidas cuentas, la televisión con topecientos canales abiertos que deben rellenar 24 horas cada uno. Sencillamente

Anónimo dijo...

El de arriba soy yo

Anónimo dijo...

Desde la naturalidad. Hay quien tiene juanetes, otros reflejos, otros son guapos...yo tengo memoria. A veces incluso la escondo para no parecer más enfermo de lo que me presuponen.

por cierto, un grupo de amigos hemos abierto un blog colectivo para despedirnos de Mestalla.

www.ultimesvespradesamestalla.blogspot.com

vCasale

Anónimo dijo...

En efecto, el 31 de Mayo del año 2009 el Valencia jugará su último partido oficial en Mestalla. Será ante el Bilbao.

Allí estaremos.

Anónimo dijo...

59 años después (24-5-1950) del que para los más viejos del lugar siendo el mejor partido jamás visto en Mestalla: vuelta de las semifinales de copa. VCF-6 Athletic-3 (clasificado el Athletic con un gol de oro en la pórroga, justo cuando empezaba a anochecer...)

vCasale

Anónimo dijo...

Releo "el último encuentro". Me sigue pareciendo excelente.

vCasale

Anónimo dijo...

Me prometí a mí mismo no ser más un comentaristo, purgar toda mi beldad alogica (sin tilde) y planamente surrealista, en el mediocre furor cotidiano, y arrojar por la borda el meláncolico fetiche de la vida virtual... Pero no puedo. Soy demasiado afectivo, retorcidamente pasional e inconformista, aun con mis propios defectos...

El caso, seré propenso a la ruptura, a fracturar de cuajo la tibia línea roja q separa la obsesión del delirio, la imaginación del desvarío, pero coño uno se hunde pero no se mete!...

Gran post de Maese Sarapo y torticera( me ha subyugado)apologética mística de JM de Prada...

Se añora el día en el que "Gran error" sea desmantalado y la superstición nunca más una excusa para ser moral o compasivo. Responsables cada uno de nuestro criterio ético al menos...

Por cierto, el odio siempre ha unido más al tirano que la compasión. Es sólo que aquí el desbordamiento religioso es un síntoma de fatiga, de descomposición mítica de un Yo. Volver sobre sus pasos es lo mejor que le podría suceder a Ingrid. Espero que tenga suerte.

Loiayirga dijo...

A mi me gusta el artículo de De Prada. Y la frase de Chésterton me parece exacta: «Quitad lo sobrenatural y no encontraréis lo natural, sino lo antinatural».

Claro que yo, aunque no estoy casado por la Iglesia, no tengo aversión a la religión.

En relación con la religión y los secuestros hay una historia estremecedora y muy emocionante que está contada aquí, la historia de un secuestro.

Dura mucho, hay que tener tiempo para verlo. Un hora y media. Es muy entretenido. Un arquitecto hispanoamericano fue raptado y cuenta todo su secuestro y cómo su actitud religiosa le ayudó a sobrellevarlo. Además es muy bonito escuchar el castellano de México.

Anónimo dijo...

La mentira, el engaño, la omnipotencia de un Ser que contamina su poder a un hombre digno de un ten a ten omni´modo, imposible, sobrenatural, por sobreirracionalmente salvi´fico... Todo es una treta, te´ngalo en cuenta D. Loia.

La enfermedad y ciertas humillaciones tb ponen a prueba nuestra capacidad, y se superan (muchas veces). Sin apelar a nada antinatural, extraño, des-humano. Ese Dios... Aceptando el Th´anatos sin El (error)(cognitivo) y su correspondiente marea de sobrepotencia y antimodestia inhumilde pero sobre todo, es verdad, desconsiderada con la realidad. La conmsimeraci´on social de ciertas letani´as es lo u´nico q sostiene a ma´s de uno. Muy natural, claro.

(Disculpen las tildes pero a parte de mi dislexia este teclado peta al marcarlas)

Anónimo dijo...

conmiseración, of course

Anónimo dijo...

Lo echaba de menos anx. Ahora que empezaba a enterderlo (algo). Me alegro de su vuelta.

Anónimo dijo...

Gracias x el guante M.A. Viniendo de Usted es honor.
Siento decir sin embargo a los amantes de morbo que debo empollar, unos cuantos huevos fríos aún ... Disfruto del puerto TierraLibertad pero soy ave irreconciliable de paso (supongo).

Aprovecho:

Un saludo a todos. (especialmente a la carismática Foca primeriza del Blog. Una envidia Srta. )