22 de julio de 2008

CONFESIONES

Entre nubes y claros el verano se va poblando de sentido. Hacía mucho que no leía con tanta fuerza y tanta confianza en los que escriben. Es lo que tiene ir haciéndose mayor, que ya solo te fías de los conocidos, de los que no suelen fallarte.
Jasmina Reza ha escrito un libro absolutamente maravilloso. El alba la tarde o la noche. Un año siguiendo a Sarkozy en su carrera hacia el Elíseo. Un libro que da cuenta de muchas cosas perfectamente tangibles, sólidas, palpables. Reza: " Entrevista de política extranjera con Glucksmann y Pascal Bruckner. Mientras André Glucksmann hace sus preguntas (cada una le lleva 25 minutos con una voz lenta y pedagógica) sobre el futuro de Europa, la política energética común o el drama africano, él se hunde cada vez más en su butaca...."
Pienso en la imposibilidad mecánica de que un intelectual español pueda hacerle una pregunta que dure 25 minutos a alguien. En la dificultad de que un periodista español pueda interrogar a un Presidente del Gobierno sobre todos esos concretos temas. Y lo más triste, en que no hay un político español que pudiera ser digno interlocutor de ese trío.

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El contragolpe viene con las memorias del publicista Bassats. "Al comienzo de la Universidad me planteé trabajar al mismo tiempo. Mis padres podían pagarme la carrera pero yo quería ser independiente. Además, quería comprarme una Vespa y fumar y ellos estaban en contra de las dos cosas."
La quintaesencia del seny catalán. Como el de uno de Burgos.

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Viendo la rápida difusión de la foto con la muerte en la playa entiendo que haya quien pueda pensar y con razón que la guerra está perdida.
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El fado no es necesariamente triste. Mariza. Rosa Branca.


45 comentarios:

Juanjo Jambrina dijo...

I am trying to bride with you with uncertainty, with danger, with defeat...


Tengan cuidado ahí afuera.

Anónimo dijo...

'Wake the serpent not -lest he
Should not know the way to go,-
Let him crawl which yet lies sleeping
Through the deep grass of the meadow!'

NO quiero hacer las veces de pitoniso pero a finales del período estival parece q se va a poner de moda lo de llevar a casa los loqueros. Eso está bien. Salvo a estas tierras raras voluntarias, por supuesto. Será a todas luces el comienzo de un fin. Veremos. Con un familiar y subsiguiente cuerpo para-sanitario-policial. Sin arrestos pero con sumisión protocolaria y a domicilio. Atrocidades silenciosas? Veremos...


Un anote Doc Chema, espero q la dosis de su Dogmatilnómano evidentemente fuese pequeña. Un neuroléptico es paradigma de un estado de excepción personal, y eleva al aislamiento del propio mundo interior. Desconectar siempre mola. Suba, suba, verá q cuál experiencia..

Anónimo dijo...

Chema dijo... Me pregunto si para hacer esto (que el autor no duda en calificar medicina del siglo XXI) hace falta ser médico o si lo podría hacer el paciente sin necesidad de un médico.

Catalino asegura -pitoniso él- que llegará el momento en que el primer paso, afortunadamente, no necesitará de médico alguno (tendrá la franquicia, eso sí) y en un local de cualquier centro comercial se podrá comprar un qué me pasa Dr.; se entra y te metes en un scaner total body que en minutos te da el diagnóstico anatómico; luego, pinchacito en el dedo para muestra de sangre que va al analizador múltiple y ya tienes el diagnóstico etiológico. Te lo dan todo en un soporte pequeño a muy buen precio. Sin que en ese soporte ponga bien claro un corra con esto a ver al médico o el diríjase a las urgencias más cercanas no serás atendido por personas (no pongo humanas que no lo veo del todo claro).

Anónimo dijo...

Pero es en Two english poems, dedicados con todas las letras a Beatriz Bibiloni Webster de Bulrich, donde Borges «se juega entero», por así decir, en su declaración amorosa. Son pequeñas obras maestras, difícilmente resistibles para una mujer con sensibilidad: «I can give you may loneliness, my darkness, the hunger of my heart; I am trying to bride you with uncertainty, with danger, with defeat...»

Recomiendo su lectura íntegra.

Anónimo dijo...

Sarapo, la batalla está perdida, no lo dude. Perdida por Espada. Hace unos años estando en el playón de Bayas sacaron a un bañista ahogado. Yo estaba en un extremo de la playa y caminé unos dos kilómetros hasta llegar donde se había producido el suceso. El cadáver reposaba junto a la policía tapado por una manta.
Volví a mi sitio y me tumbé.
Supongo que con una buena cámara podrían haberme hecho la foto.
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Catalino, andan haciendo encuestas para preguntar a la gente donde preferirían tener a su médico de cabecera. La mayoría coincide: En el centro comercial más grande de la ciudad. Justo donde los va a poner Branson
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anx, ni idea de cual era la dosis. Solo comentar que en el blog que menciono escribí un comentario diciendo que eso no era medicina del siglo XXI sino hacer una pregunta a un médico, pregunta que podría haber hecho el mismo paciente si hubiese usado Internet y el correo electrónico. Al parecer no en todos los blogs existe la misma TierraLibertad y el comentario no pasó el filtro.

Anónimo dijo...

A mí me gustan los prefiero tengo que reconocerlo los poétas románticos. Dejo a sus visiones mi promesa de este trocito de verdad pre-romántica. La verdad q ahí afuera seguirá haciendo dominantemente sssssssssssssssssssh demasiado sentimiento. Entre Shelley-Y Byron naturalmente... My earth sweet end.



The Prophets descbibe what they saw in Vision... with their imaginativa and immortal organs... A Spirit and a Vision are not, as the modern philosophy suposes, a cloudy vapour. or a nothing: they are organized and minutely articulated beyond all the mortal and perishing nature can produce. He who does not imagine in a stronger and better light than his perishing and mortal eye can see, does not imagine at all.
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Los profetas describen lo que vieron en Visiones... con sus órganos imaginativos e inmortales. Un Espíritu y una Visión no son, como supone la filosofía moderna, un nuboso vapor, o una nada: se hallan organizados y articulados meticulosamente, más allá de lo que pueda producir la naturaleza mortal y perecedera. Quien no imagina rasgos más fuertes y mejores, y bajo una luz más fuerte y mejor que la de su ojo perecedero, no imagina en absoluto.

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William Blake

ArchipielagoAvilés dijo...

¿Y la épica del Tour? ¿Ese puerto de 25 kilómetros y el descenso suicida? Debería dedicarse más a las cosas terrenales, maestro

Anónimo dijo...

Página de PPCabrera de lo más divina de la muerte

http://www.doctorjosecabrera.es/

Anónimo dijo...

Sabían q J Austen era atea, espero q no se levante de la tumba XDD

Hace unos día zapeando vi a Pepe Cabrera diciendo q le llamaban tonto por ser creyente. Misterios de Iker...

Anónimo dijo...

¿Cómo se puede ver la tele en directo desde el ordenador?

heptafon dijo...

Para ver la TV en directo desde el ordenador hay varios procedimientos.

Uno: acoplar un sintonizador TDT usb, que los hay .
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Bueno, con este comentario cierro el cupo por hoy. Tres enlaces, na menos.

Otro, conectarse a alguna web que transmita en directo, como teledirecto.es

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En España no hay político conocido que se preste a un debate serio con interlocutores incómodos. Es más fácil decir generalidades ante un público entregado.

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Ha habido varias fotos de este tipo. No son novedad. Forman una imagen impactante, pero, honestamente, ¿se pretende que salgan los bañistas como plañideras, vertiendo cenizas sobre el pelo?.

Recordad esta otra foto. Aquí todos apuntaron al fotógrafo.

Anónimo dijo...

En efecto, Sarapo. El de Reza es un libro espléndido, y el panorama español desola. Y cómo vamos a mejorarlo los jóvenes si no existe interlocutor? Cómo, si con cuatro conceptos básicos de literatura y política uno se siente - y es - superior a casi todos los consagrados? Y ya no le digo a los que suben a la vez. Todo está perdido, no hay solución, como suele escribir el gasolinero de mi pueblo (Nagy, siempre tuyo, firma; Nagy por el balonmanista del Barça, no por el heroico comunista húngaro). Sólo queda entregarse en los vicios privados y profundizar en ellos. La superación, en esta cierta España, no puede ser coral.

PD: Y para postre hemos perdido también esa faceta primitiva que puede salvar a los indolentes y los incultos. Ya lo dice el gasolinero Nagy.

Anónimo dijo...

¡Fados alegre! Esto es un sin Dios.

Catalino, mi médico/a de familia es muy parecido a lo que usted profetiza. Evidentemente no todos son como Doc Chema

Lo del Tour de ayer impresionante. Incluido el tipo que baja para ayudar al corredor atascado en la ladera tras la caída.

Anónimo dijo...

Hoy leo que eran holandeses y de la ONU los que dije que eran belgas y cascos azules.
Me salva el ser tan primitivo.

Anónimo dijo...

Nada, no hay quien vea la etapona online. Gracias Heptafón.
Ni se les ocurra pinchar el último link del comentario heptafoniense.

Anónimo dijo...

Mecanikong: por qué no bajas el programa Zattoo que permite ver seis o siete canales, chachi

Anónimo dijo...

Me apremian. Tanta letra tan poca ciencia. Reéleré a los (mis) clásicos. oe oe ese canon occidental!

Anónimo dijo...

Periodistas e intelectuales que podrían entrevistar muy bien a un presidente del Gobierno:

- Manuel Martin Ferrand.
- Ramón Pí (este puede hacer preguntas de 45 minutos).
- Soledad Gallego.
- César Alonso de los Ríos.
- Fernando Savater.
- Javier Sádaba.
- Vicente Verdú.
- Mercutio.
- Happel.
- y otros muchos.

Desde luego seguirá entrevistándole Julia Otero, Carlos Herrera (que se desinfla ante el presidente), Gloria Lomana, Pedro Piqueras y Carlos Alsina. Le seguirán haciendo preguntas de calado como ¿Cuándo fue la última vez que fue el cine? ¿Ha hecho usted la declaración de IRPF?
Sarapo, no fallan los periodistas, ni los intelectuales, ni siquiera los políticos tienen la culpa (aunque si fallan). Fallamos nosotros.

Anónimo dijo...

No soporto la voz del comentarista de La2 del Tour.

Voy a armar una muy gorda.

Anónimo dijo...

Gran etapa. Gran triunfo español en todo lo alto.

A esperar el urinoanálisis antes de cantar victoria.


Carlitos Sastre, el abulense, nuestro rey.

Anónimo dijo...

Chema, pon teledeporte que comentan Chozas y un hipotímico de la hostia.

El gran traidor de hoy es el rata asturiano samuel sánchez un rastrero que ha podido poner n peligro la victoria final de Sastre en París sin poder él ganar nada. Hay que joderse.


Nunca olvido a un traidor. Samuel Sánchez, asturiano que corre pa los vascos. Insolidario.

lafoca dijo...

Joder, si Samuel ha atacado cuando faltaban 15 metros pa la meta. Lo que hay que oír. El dar favorito a Evans para el Tour no parece nada claro. El año pasado en la última contra reloj, cuando él se jugaba el liderato con Contador y Sastre ya nada, la diferencia entre ambos fue de dos minutos y medio así que todo es posible.

Anónimo dijo...

Angostos Stannhiilismos?

Anónimo dijo...

Ayer ví En el valle de Elah.

Buena película.

En VO. Como mandan los cánones.

Lo que no entiendo es lo que quiso decir Loiayirga con sus teorías sobre el comportamiento de los soldados yanquis con los prisioneros irakíes...
La guerra es siempre la misma mierda.

Anónimo dijo...

Sastre. Hasta el apellido es de gregario, pero hoy se la ha jugado muy bien. Debería atacar antes de la contrarreloj para sacar algún segundillo más. Este año estamos que nos salimos. Los españoles digo, bueno también los gregarios.

Anónimo dijo...

Es la segunda vez en este tour que Samuel Sánchez ataca sin sentido estando Sastre a la cabeza. Ye tontu.

Anónimo dijo...

Es que estando en el Euskatel Euskadi algo se te debe pegar de los patrocinadores. Recuerdo cunado Laiseka ganó una etapa de montaña en el Tour y dedicó su triunfo al lehendakari. En fin...

Anónimo dijo...

La última foto de Heptafon es más falsa que un duro de madera (o "un melendi", que es lo mismo).

Está tomada en perspectiva, poco caballera. Se supo que el buitre estaba a decenas de metros de la niña, que ésta no agonizaba, sino que estaba cagando, literalmente, en un vertedero de su poblado donde la gente hacía esas cosas. Creo que incluso existe la foto que "descontextualiza" la que ha puesto Heptafon.
El fotógrafo se suicidó y la leyenda urbana dice que fue por esa foto. Las razones fueron otras, según se publicó hace tiempo.

Anónimo dijo...

i., dedico una entrada a esa foto en lo mío.
Se puede opinar pues annie opina que es cierta.

Anónimo dijo...

Lo útimo de Ladytron

Anónimo dijo...

Tengo a mi hija pequeña con la "enfermedad de la bofetada". Su hermana la pasó hace unos días. ¡Y yo que pensaba que lo de la bofetada era una enfermedad de los padres y no de los niños!

Anónimo dijo...

La fotografía de la pesadilla

John Carlin 18/03/2007


La imagen de ese buitre acechando a una niña moribunda en África le persiguió en vida. Con ella atrapó el Pulitzer, pero también la maldición de una pregunta: “¿Qué hiciste para ayudarla?”. A Kevin Carter, cronista gráfico de la Suráfrica del 'apartheid', la presión le empujó al suicidio. Un periodista testigo de aquellos años rememora su figura.


La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión

Un hombre blanco perfectamente bien alimentado observa cómo una niña africana se muere de hambre ante la mirada expectante de un buitre. El hombre blanco hace fotos de la escena durante 20 minutos. No es que las primeras no fueran buenas, es que con un poco de colaboración del ave carroñera le salía una de premio, seguro. Niña famélica con nariz en el polvo y buitre al acecho: bien; no todos los días se conseguía una imagen así. Pero lo ideal sería que el buitre se acercara un poco más a la niña y extendiese las alas. El abrazo macabro de la muerte, el buitre Drácula como metáfora de la hambruna africana. ¡Ésa sí que sería una foto! Pero el hombre esperó y esperó, y no pasó nada. El buitre, tieso como si temiera hacer huir a su presa si agitara las alas. Pasados los 20 minutos, el hombre, rendido, se fue.

No se debería de haber desesperado. Una de las fotos se publicó en la portada de The New York Times y acabó ganando un premio Pulitzer. Pero incluso así se desesperó. Y mucho. El hombre blanco era un fotógrafo profesional llamado Kevin Carter. A los dos meses de recibir el premio en Nueva York se suicidó.

Hay dos preguntas. La primera, ¿por qué se suicidó? La segunda, ¿por qué no ayudó a la niña? La respuesta a la primera es relativamente fácil. La respuesta a la segunda es más interesante. Remontemos.

Kevin Carter nació en Suráfrica en 1960, dos años antes de que Nelson Mandela empezara su condena de 27 años de cárcel. Al llegar a la adolescencia empezó a entender que ser blanco en Suráfrica significaba ser una de las personas más privilegiadas de la Tierra y, al mismo tiempo, cómplice de una atroz injusticia. Cumplidos los 24 años, Carter descubrió que el periodismo era el terreno donde libraría su guerra particular contra el apartheid.

Comenzó su carrera en 1984, cuando las poblaciones negras en las periferias de las grandes ciudades -como Soweto, que estaba al lado de Johanesburgo- se convirtieron en campos de batalla. Jóvenes militantes negros, cuya única fuerza residía en su ventaja numérica, lanzaban piedras a los policías y a los soldados, que respondían con gases lacrimógenos, balas de goma o balas de verdad. Cientos murieron, miles fueron encarcelados. Soweto ardía, y allá, casi permanentemente instalado, estaba Carter, fotógrafo novato de The Johannesburg Star, expiando su culpa.

La gran ironía de la historia reciente de Suráfrica es que cuando salió Mandela de la cárcel en 1990, cuando empezó el proceso de paz que condujo cuatro años después a la democracia, se desató una violencia mucho mayor. Durante casi la totalidad de aquellos cuatro años, Soweto y otra media docena de poblaciones negras en los alrededores de Johanesburgo vivieron una anarquía asesina demencial, nutrida por opositores al proyecto democrático, en la que murieron unos 12.000. Allí, una vez más, estaba Carter. Todos los días. Se presentaba temprano por la mañana a los campos de la muerte, como se presentan los oficinistas a sus lugares de trabajo.

Yo también me presentaba allí, pero con menos frecuencia y más tarde. Siempre que llegaba a estos lugares, en pleno tiroteo o minutos después de una masacre, ahí veía a Kevin Carter, sudado, polvoriento, bolso sobre el hombro, cámara en mano. A él y a sus tres amigos fotógrafos, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y João Silva. Les llamaban a los cuatro “el Bang Bang Club”. Hacían fotos espeluznantes y se exponían a peligros extraordinarios. Yo había llegado a Suráfrica en 1989 tras seis años cubriendo las guerras de Centroamérica. Vi pronto que daba mucho más miedo estar en 1992 en un lugar como Tokoza o Katlehong, a escasos kilómetros de Johanesburgo, que en 1986 en los frentes del oriente de El Salvador o el norte de Nicaragua. Porque en los lugares donde los negros, animados por los blancos, se masacraban podía pasar cualquier cosa en cualquier momento y en cualquier lugar. Con un Kaláshnikov, una lanza, un machete o una pistola. Ahí trabajaba Carter. Ahí se pasaba desde las cinco de la madrugada hasta el mediodía haciendo fotos de gente matando y de gente muriendo.

Para poder hacer ese trabajo es necesario blindarse, armarse de una coraza emocional. No se puede responder a lo que uno ve como un ser humano normal. La cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión. Carter y sus tres camaradas dormían poco, además, y consumían drogas de todo tipo. Pasaban sus días y sus noches en un acelere mental y en un estado de anestesia emocional casi permanentes. Si se hubiesen detenido un instante a reflexionar sobre lo que hacían, si hubiesen permitido que los sentimientos penetraran la epidermis, habrían sido incapaces de hacer su trabajo. El entorno era alocado, pero el trabajo era importante. Si se hubieran quedado en sus casas o se hubieran expuesto a menos peligro, habría habido más muertos, menos presión política para acabar con la violencia. Ésta era la contribución de Carter a la causa de sus compatriotas negros.

En marzo de 1993 se tomó unas vacaciones de Tokoza y Katlehong y se fue a Sudán. Ahí, apenas aterrizar, es donde vio a la niña y el buitre. Respondió con el frío profesionalismo de siempre. No habría podido elegir otra manera de actuar. Estaba programado, anonadado. El único objetivo era hacer la mejor foto posible, la que tuviera más impacto. Ahí empezaba y terminaba su compromiso. La lógica era muy sencilla: si hacía una foto potente, se beneficiaría a sí mismo, pero también ampliaría la sensibilidad de los seres humanos en lugares lejanos y tranquilos, despertando en ellos aquella compasión -precisamente- que en él estaba necesariamente adormecida.

Por eso no hizo nada para ayudar a la niña. Porque si la hubiera ayudado, no habría podido hacer la foto. Porque había llegado al límite de sus posibilidades.

El problema era que la gente normal, empezando por su propia familia, no lo entendía. Fuera donde fuera, le hacían la misma pregunta. “Y después, ¿ayudaste a la niña?”. Se convirtió en un agobio, una pesadilla. Los únicos que no le hacían la pregunta, porque para ellos no era necesario hacerla, eran los amigos del Bang Bang Club.

En abril de 1994 le llamaron desde Nueva York para decirle que había ganado el Pulitzer. Seis días después, su mejor amigo, Ken Oosterbroek, murió en un tiroteo en Tokoza. Toda la emoción reprimida a lo largo de cuatro años salvajes explotó. Carter se quedó destruido. Lloró como nunca y lamentó amargamente que la bala no hubiera sido para él.

El mes siguiente voló a Nueva York, recibió el premio, se emborrachó, incluso más de lo habitual, y volvió a casa. La guerra se había terminado. Mandela era presidente. Suráfrica tuvo su final feliz, pero la vida de Carter dejó de tener mucho sentido. Quizá en parte porque el peligro de la guerra había sido su droga más potente, la que le había creado mayor adicción. Siguió trabajando, pero, perseguido por la muerte de su amigo y -ahora que se había quitado la coraza- la angustia moral retrospectiva de la escena con la niña sudanesa, se hundió en una profunda depresión. No podía trabajar, o si lo intentaba, caía en errores absurdos. Llegaba tarde a entrevistas, perdía rollos de fotos que ya había hecho. Y tenía problemas en casa: deudas, desamor...

El 27 de julio de 1994, exactamente tres meses después de las primeras elecciones democráticas de la historia de su país, Carter se fue a la orilla de un río donde había jugado cuando era niño, antes de que supiera lo que era el apartheid, el sufrimiento, la injusticia. Y ahí, por fin, dentro de su coche, escuchando música mientras inhalaba monóxido de carbono por un tubo de goma, logró la paz, la anestesia final de la muerte.

Anónimo dijo...

El Club del Bang Bang, libro inencontrable.

Anónimo dijo...

Llevo un ratín pensando (¡ah-uh-ah!) y la foto es mentira, coño. El buitre no se come a la niña.
Es una ilusión (1. f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.)
Esta semana he visto en consulta varias caras abofeteadas, Ana. Hay un aumento de casos.
Mañana es el último día que trabajo en 5-6 meses. Me muero de ganas de estar en mi casitaaaa

Anónimo dijo...

Señores, ha muerto Ernesto Baldajos, gran cantante de rancheras, filántropo y mejor persona.

Anónimo dijo...

funcionando, funcionando que es gerundio

Anónimo dijo...

Perfecto. En el blog de pedrowesterman se ve claramente el engaño.
John Carlin es un majadero. ¿Cuántas veces tengo que decirlo? Construye un artículo alrededor de una mentira. El fotógrafo supongo que si sentía remordimiento fue por haber engañado a todos, no por "no haber ayudado a la niña": ésta podía cagar sóla.

Anónimo dijo...

Me ha dicho Eufemiano que es "imposible" que Sastre se escape antes de la contrarreloj.

Anónimo dijo...

Hora y media para que Obama deslumbre al mundo desde Berlín.

Anónimo dijo...

unison, Björk. Pueden busacrla en la red desgraciadamenta está sin derechos de autor

Anónimo dijo...

I'dont until that socialbich fucking so dance.

Anónimo dijo...

Hemos roto algo?

Loiayirga dijo...

Me pregunta Javier qué cómo ha financiado mi sobrina el viaje a Sidney. No sé si es una pregunta retórica que bajo forma de pregunta pretende decirnos algo o es una pregunta sincera.

En todo caso voy a contaros lo que yo sé. No conozco el asunto en detalle pero creo que lo que sé puede ser suficiente. Mi hermana es maestra y mi cuñado profe de Universidad. No sé exactamente lo que ganan pero podéis más o menos imaginarlo. Tienen cuatro hijos. Eso disminuye bastante su poder adquisitivo. Yo sólo tengo dos hijos (mi mujer y yo somos profesores de enseñanza media) y es posible que en proporción ganemos parecido. Aunque no puedo asegurarlo.

Pero a lo que vamos. Creo que los padres no han pagado el viaje. Al menos no todo. Lo que le he oído varias veces a mi sobrina es que estaba ahorrando para el viaje a Sidney. Piensen que la idea de hacer este viaje debe venir desde hace varios años: quizá desde cuando se anunció. El verano pasado la vi trabajando de camarera en una terraza de “El Corrillo”, sé que también ha hecho las cosas que suelen hacer los jóvenes para los viajes de estudios: conseguir que les paguen gran parte del viaje los amigos, los familiares, los vecinos, vendiéndoles mil pijadas a más precio del que valen. A este mercado potencial se une, en el caso de mi sobrina, la gente de las comunidades. Sé que ella y sus hermanos grabaron con unas guitarras unos CDs con las canciones de Kiko Argüello y también los vendían entre los miembros adultos (y viejos) de su comunidad y otras de Salamanca y Valencia (su padre es de allí)

Si realmente quieren saber cuanto ha costado el viaje, qué porcentaje han pagado los padres (si han pagado algo) y cuanto consiguió ahorrar ella sólo tienen que pedirlo y yo se lo contaré cuando hable la próxima vez con ella.

De todas maneras, mi sobrina es mucha mujer. Con sus pocos años (creo que 23) ya ha estado en el Brons (¿se escribe así?) y en la India. Ya hace varios veranos se pagaron el viaje y unas monjas les dan alojamiento y comida gratis a cambio de hacer algunos trabajos con niños en el orfanato que las monjas gestionan.

Anónimo dijo...

B.S.O Trance (se pronuncia igual maomeno en inglés)

Anónimo dijo...

La pregunta era una pregunta sin más ya que se dice por algunos medios que la comunidad KIKO SA puso billetes a disposición del que lo desease. ¡Billetes a Australia!



Admirable tu sobrina, Loiayirga.

¿Y tu opinión sobre esa forma de vida?