
La socialdemocracia (prensa y partido) anda estreñida con el ruido de la obispada en pro de la institución familiar. El problema, a tenor de editoriales y blogs afines, está mas en la cercanía de las elecciones que en una verdadera preocupación por las posibles consecuencias que acarrea la convivencia con la religión. Bien, aún no hemos llegado a condenar el darwinismo. Pero no es por falta de ganas.
«La religión es un insulto a la dignidad humana. Con ella o sin ella, tendrás a los buenos haciendo cosas buenas, y a los malos haciendo cosas malas. Para que alguien a quien creías bueno haga cosas terribles, se necesita la religión.» —Steven Weinberg, autor de PLANTAR CARA.
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La muerte del escritor estonio Jaan Kross es recogida en EP de hoy. Falleció el día 26 de Diciembre de 2007. Otro eterno aspirante al Nobel que se va dejando el camino libre a Mario Vargas Llosa. Kross fue autor de una novela curiosa titulada EL LOCO DEL ZAR. Los críticos le reprocharon mucho a Kross la cansina lentitud que envuelve toda su obra. Kross, listo como un cuco, contestó que así era el devenir del tiempo en Tallín, lentíiiiisimo.
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9 comentarios:
Ayer logré conectarme por primera vez, desde "The Rubby Tavern". No pensaba hacer ningún comentario ya hasta volver a Salamanca. Pero, hoy, que estoy de nuevo en la taberna del rubby, después de la cita que usted coloca en el post de hoy no he podido morderme la lengua. Me parece una majadería.
La obra de la madre Teresa de Calcuta no se entiende sin la religión.
Hitler y Stalin, sin embargo, y en contra de lo que dice el autor que cita, no necesitaron religión ninguna para hacer las mayores barbaridades del siglo XX.
El concepto de persona, base de nuestra civilización, tienen su origen en el cristianismo.
Un saludo desde Richmond (London)
La sola idea de Dios me repugna.
Bautizado en latín soy cristiano por la gracia de dios y no religioso por el convencimiento de que después no hay nada. Antes hubo la idea de ser todos iguales en la gloria celestial por ser hijos de dios sin la que, pienso, a nadie se le hubiera ocurrido decidir serlo aquí lentamentísimamente. De si la socialdemocracia o Sarapo plantan su cara … se admiten opiniones. Bona nit.
UN REGRESO
Esta mañana he vuelto a la vespa. Para celebrarlo he ido a desayunar al bar Mestalla, uno de esos lugares donde uno se sabe querido. Suso me ha recibido con abrazos. Llevaba un mes sin verme y eso es mucho tiempo. El impacto de aparecer por la calle Micer Mascó y ver los muros de la Tabacalera derruidos ha sido enorme. Casi tanto como esa promesa apocalíptica de adivinar la tribuna de Mestalla salpicada de ruinas. Toda una premonición.
Como tocaba, he llegado tarde al trabajo. Es una costumbre. Mi manera de celebrar el nuevo año. A las 11 he salido al bar Alhambra, donde hacen la mejor tortilla de patatas de Valencia. De repente se ha puesto a llover y ya no ha parado hasta media tarde. Para no mojarme he ido a casa de mi madre en autobús. He comido arroz a banda y después he vuelto en el 31, que me deja en la plaza de la Reina y me permite divagar por las calles del Mercado central y el barrio chino. Callejear bajo la lluvia me sigue pareciendo un placer sublime, sobre todo entre ruinas y callejones más o menos inóspitos.
La tarde ha sido tranquila, sin grandes movimientos.
A las 22'00 jugaba el Valencia contra el Real Unión de Irún y pensaba ir al campo. Pero he cambiado de planes. Antes de irme me ha llamado E. y me ha dicho que aprovechando el fútbol se iba a cenar con un amigo. Así que he decidido tomarme la noche libre. Ni fútbol ni casa.
He aparcado la vespa en la plaza del Ayuntamiento y he cenado en el Chez-lyon. Sopa de cebolla y steak tartar o como cojones se escriba. Cenar solo en restaurantes caros es lo más parecido a la felicidad. Sobre todo si fuera hace frío y las calles están mojadas. Después he vuelto a rular por los mismos lugares de siempre. Escolano, músico Peydró, La linterna, en Gall, la lonja, Ercilla, Generoso hernádez, Corretgeria, etc, etc.
Al ver la silueta del Miguelete desde Catalans he tenido un súbito ataque de nostalgia. Una nostalgia distinta. No de un pasado mítico y desconocido, sino de los días en que creía que todo podía pasar y fantaseaba con mutar el paisaje de mi ciudad en cuanto me lo propusiera. Ha sido un segundo. Un segundo borroso y eterno. Suficiente para frotarme lo ojos y enfundarme los guantes.
Al pasar por el bar de l'abadia me he dado cuenta de que estaban televisando al Valencia. Llegaba al garito un Mestalla vacío y tembloroso. Alejado de mi y de todos. He pedido un café. Y he escuchado la conversación de la mesa de al lado. Una loro y un imbécil. Ilustrativo.
En busca de la vespa para volver a casa he encontrado un nuevo ciber. Este mismo. Es curioso. Hasta hace unos meses, esto era un garito de maricones. Ahora es un locutorio. Y una morena mística cobra 50 céntimos la media hora de ordenador. Igual vuelvo por aquí a escribir posts costumbristas y beodos. Aunque sólo sea por sentirme dentro de esta comunidad de extraños que teclean vidas miserables y sonríen en cuanto se saben descubiertos.
Pero ahora toca volver a casa. Y no es fácil. La sola idea de cruzar el río y *Vespear* junto al mar me abruma. Son sólo 10 minutos. Pero ese frío que me penetra y arrincona en cuanto cruzo los puentes que separan Valencia de Valencia tiene en su génesis un mensaje de índole distinta a la meramente sensorial. Es el mismo frío que asolaba la tumba del protagonista invisible de Dublineses. Está impreso en el código de las rutinas y las ausencias. Es un bofetón incomprensible. Lo vengo viendo pasar desde hace años. Pero sigo sin ponerle nombre ni apellidos. Frío. De momento, sólo frío. Y el rugido del mar de enero justo cuando dejo atrás las calles donde siempre quise vivir. Esas calles que ahora mismo me ven pasar.
¿Dé que va este comentario de hoy?
La verdad es que no lo entiendo. El nerviosismo de la socialdemocracia porque unos miles de personas salgan a la calle para decir lo que piensan y que lo que piensan, ¡Oh, sí!, sea diferente de lo que piensa el gobierno es solo un ejemplo más de la intolerancia de la socialdemocracia.
La cita que nos ofreces, "Para que alguien a quien creías bueno haga cosas terribles se necesita la religión", es de tal simpleza que sonroja. La gente hace cosas terribles todos los días sin mediar la religión.
El colgar la foto de Benedicto XVI con el camauro para que la gente se ría por su parecido con el Papa Noel de la Coca-Cola también está muy visto.
Sarapo, que nos merecemos algo mejor, hombre.
Casale: "Cenar solo en restaurantes caros es lo más parecido a la felicidad." Pues habrá que probarlo.
He visto "Soy leyenda", la de Will Smith, no vayan.
He visto "Soy leyenda", la de Will Smith, no vayan.
12:38 AM
Pero lean la novela.
=.=.=
UN REGRESO
Esta mañana he vuelto a la vespa.
¡Qué alegría!
A mí, tanta carencia de espíritu me toca un poco los cojones, la verdad.
Los ateos sois un poco plastas, oyes.
Loia, estoy de acuerdo totalmente con usted. Y soy un laicista militante.
Lo extraño es que no pase más veces
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